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Sin causa de muerte

Los restos del menor fueron exhumados en noviembre del año pasado, sin que pudiera determinarse la causa de muerte.

24horas.cl Tvn

Viernes 29 de junio de 2012

El Servicio Médico Legal no logró determinar la causa de muerte de Rodrigo Anfruns Papi, cuyos restos fueron exhumados el 4 de noviembre del año 2011 desde el Cementerio General, con el fin de efectuar las pericias correspondientes.   

La exhumación del cuerpo, fue solicitada por el Consejo de Defensa del Estado, esto luego de que  la Universidad de Chile, diera a conocer un informe donde establecía que el niño pudo ser víctima de torturas.

Tras ocho meses de trabajo, el SLM no pudo entregar la información requerida, debido a que sus restos óseos son de una “limitada cantidad y calidad”. Por este motivo no fue posible establecer el origen de su muerte ni tampoco si hubo participación de terceros.

Rodrigo Anfruns fue asesinado en junio de 1979 cuando tenía 6 años de edad. Por su muerte fue acusado un adolescente de 16 años, de iniciales P.P.V., quien incluso llegó a confesar el crimen.

El niño desapareció el 3 de junio de ese año desde la casa de sus abuelos en Providencia. Se presumió un secuestro y el hecho causó conmoción nacional.

Se inició una intensa búsqueda hasta que 14 días después su cuerpo fue encontrado en un sitio erizo vecino a la misma casa. El niño, según el peritaje de la época, había muerto por asfixia.

La justicia señaló a P.P.V. como culpable, y en 1982 cerró el caso declarando al joven sin discernimiento.

La familia Anfruns Papi jamás quedó satisfecha con los peritajes ni la investigación, y nunca creyó que el cuerpo permaneciera por 11 días en un lugar que había sido revisado exhaustivamente. La aparición de nuevos antecedentes y testigos que vincularon el crimen a agentes de inteligencia del régimen hizo que la familia interpusiera en 2004 una querella por secuestro, torturas y homicidio calificado. En 2006 el caso fue cerrado manteniendo a P.P.V. como autor, pero al año siguiente se reabrió nuevamente.

Tras nuevos cierres y reaperturas por la falta de pruebas que permitieran establecer responsables, en 2011 se solicitó la exhumación de los restos para un peritaje a cargo del SML, pues la data de muerte al ser hallado el cuerpo era de tres días y no 11, y porque en la piel había rastros de quemaduras de cigarrillo.