El Ejército dijo adiós este lunes a las tres víctimas fatales, que dejó el tiroteo ocurrido durante la tarde del sábado en Iquique. La familia del conscripto autor de los disparos insiste en que el joven no estaba apto para continuar con el servicio militar por sus problemas de salud mental. Mientras, la institución reconoció que pudo haber hecho más, para evitar esta tragedia.
Mediante un improvisado cuadrilátero, ubicado en un baño de la Escuela de Caballería Blindada de Iquique, el conscripto Marco Antonio Velásquez derrotó a su rival de turno con un certero golpe. El duelo fue filmado por sus propios compañeros.
El video, filmado por sus propios compañeros, se relaciona con la denuncia hecha por el hermano de Marco Velásquez, quien enfatizó que en el Ejército se "arreglan los problemas" a combos.
En abril de 2018, el individuo ingresó como voluntario al servicio militar y en diciembre intentó quitarse la vida en el recinto. Por ello, recibió tratamiento psiquiátrico y en la víspera de Navidad fue dado de alta.
Según la versión del Ejército, este fin de semana, y mientras se encontraba cumpliendo un castigo, se ofreció para realizar el turno de guardia. Fue el comienzo de la tragedia.
Velásquez abrió fuego en contra del sargento segundo Fernando Zamorano Fuentes y el cabo primero Pedro Benavides Ramírez. Luego del tiroteo, el conscripto se suicidó.
La familia del joven denuncia que éste sufría de acoso y hostigamiento, y que todo esto habría afectado su estado de salud mental, gatillando la crisis que tuvo el fatal desenlace.
El Hospital de Iquique informó que el paciente respondió de forma positiva al tratamiento y que se encontraba estable psiquiátricamiente al momento de ser evaluado. Agregaron que tanto el conscripto como su familia solicitaron voluntariamente el alta médica, y que antes de salir recibió la indicación de regresar en caso de ser necesario, lo que finalmente nunca ocurrió.