Las aguas color turquesa conquistan todos los veranos a los visitantes que llegan hasta la Cuarta Región, pero hoy el escenario que vive Totoralillo es desolador.
Tras el terremoto, el fuerte oleaje que llegó hasta Totoralillo destruyó el borde costero, dejando graves daños en locales comerciales y viviendas.
Pero el oleaje también le quitó la fuente laboral a muchas personas que dedican su vida al turismo y que se desempeñan en restaurantes o o tiendas de recuerdos.
Los vecinos ahora hacen un llamado para reconstruir el popular balneario y piden ayuda para la limpieza del lugar. Hasta ahora reclaman que nadie les ha prestado asistencia.
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