La noche de este jueves se desarrollaron los funerales de Hernán Avilés, el bombero de Talagante que falleció en Santa Olga mientras intentaba salvar a una familia de los incendios forestales, en medio de una emotiva jornada de despedida tanto de familiares y amigos.
El responso contó con la asistencia de diversas autoridades, destacando a la ministra vocera de gobierno Paula Narváez, quien llegó a la zona para entregar personalmente las condolencias en nombre de la Presidenta Michelle Bachelet.
CBS desfilando en el #funeral del #Martir Hernán Avilés, Voluntario de la 1era. Cía del Cuerpo de Bomberos de #Talagante pic.twitter.com/aqukk7W261
— Bomberos de Santiago (@cbsantiago) 27 de enero de 2017
No obstante, la masiva despedida de Avilés había comenzado en las primeras horas del día, pero se esperó hasta la noche para concretar el último adiós, siendo esto una tradición intocable para los voluntarios del país.
CON ANTORCHAS Y REVELÁNDOSE A LA AUTORIDAD
¿De donde viene la tradición? El Cuerpo de Bomberos de Valparaíso explica que este procedimiento es una costumbre que data del año 1859, cuando el presidente de la época, Manuel Montt, decretó un estricto toque de queda y control ciudadano ante una revolución que parecía inminente.
En este contexto falleció el voluntario Domingo Espineira, perteneciente a la Tercera Compañía de Bomberos del puerto, cuyos funerales quisieron ser llevados a cabo en una jornada pública. Pero ante la negativa de las autoridades, los rescatistas quisieron desarrollar de todas formas la ceremonia.
Usando rústicas antorchas y faroles, los colegas trasportaron en caravana el cuerpo de Espineira para finalmente darle sepultura junto a los utensilios que usaba en su día a día, acción que, debido a la valentía que representó enfrentarse a la autoridad, ha sido replicada hasta nuestros días cada vez que un bomberos cae en combate.
Foto: @miguelocurasss