El rechazo es transversal.
No importa la religión, ni el estrato social. El repudio es generalizado en contra de los encapuchados que atacaron la Iglesia de la Gratitud Nacional y sacaron la imagen de Cristo crucificado para después destruirla en plena calle.
Los vecinos y la alcaldesa exigen que estas marchas se repartan con otras comunas para que Santiago descanse de estos desmanes.
Revisa los detalles y las reacciones en la nota de 24 Horas Central.