“Todas las medidas llegan hasta Iquique”. Esta consigna parece ser una constante histórica entre los habitantes de Arica, quienes a partir de la resolución del reciente fallo de La Haya han aprovechado para exigir mayor integración política, económica y social.
Según los habitantes de la ciudad de la “eterna primavera”, ésta no ha sido tomada en cuenta por los gobiernos, empresas y los medios de comunicación.
Entre los principales retrasos los habitantes denuncian una falta de infraestructura y desarrollo a nivel de salud pública. Para atenderse con un especialista hay que soportar largas esperar o pedir hora de un mes a otro.
“Hay que reconocer falencias importantes en los médicos. Los pacientes deben venir temprano para buscar su hora y atenderse en el día. El problema también es el programa”, afirma Mariana Céspedes, directora del Consultorio Iris Véliz de Arica.
Este hecho ha llevado a que cientos de ariqueños decidan cruzar la frontera para poder atenderse en la salud pública de Tacna, en Perú.
“Que el doctor me vea los ojos acá sale dos mil, y en Arica $50 mil”, dice una de las chilenas que decidieron atenderse en el “Hospital de la Solidaridad”.
Caminos, parques, playas y embellecimiento de la ciudad, son otros de los factores por los que los ariqueños claman.
De hecho, el llamado carnaval “Con la fuerza del sol”, reúne más de seis mil bailarines de diversas organizaciones quienes ejecutan danzas andinas y originarias del altiplano peruano-boliviano. Los ariqueños se quejan por la falta de cobertura para el, a su juicio, tercer carnaval más grande de Sudamérica tras Río de Janeiro y Oruro.
¿INVERSIÓN?
Sin embargo, algunos datos bien podrían mostrar indicios de reactivación en la ciudad limítrofe.
Según la última encuesta CASEN, la extrema pobreza bajó del 4,6 al 2,1%. El crecimiento económico llega al 8%, la tasa de cesantía bordea el 5% y se han iniciado importantes inversión en agricultura, minería embalses y otras actividades.