Hace 30 años, cuando llegó a Chile, la "ropa americana" se asociaba a escasos recursos. Hoy, sin embargo, ha traspaso los límites socioeconómicos y es sinónimo estilo. La moda "vintage" es cada vez alabada. Esta es la historia de Yamona, un particular proveedor de ropa usada.
Este ropavejero decidió vivir una vida diferente. No le importa mucho el dinero, lo justo para mantener a su familia en su "escondite".
"Opté por la forma de vida simple y el pensamiento elevado. Si quieres saber cuán rico eres, tienes que saber qué cosas tienes que el dinero no pueda comprar", asegura en medio de su heroica forma de recolectar las prendas y luego venderlas. Su mercado es difícil y lo sabe.
Otra historia es la de Andrés Maldavsky, hijo menor de una familia dedicada a este comercio y que ha sabido ganarse un espacio dentro del difícil mercado.
"Empezamos apuntando al sector socioeconómico bajo, grupo al que le interesaba vestirse bien. Buenas marcas, buen precio, algo que no lo iban a ver puesto en nadie", asegura.
Al año importan 140 contenedores de ropa desde EE.UU., emplean a más de 400 personas y tienen cerca de 60 tiendas con distintas marcas. ¿Su lugar? La calle Bandera.
Con el tiempo, y en vista del éxito del negocio, los Maldavsky incursionan en el corazón más pudiente de Santiago. Inauguraron frente al Alto Las Condes un local para gente ABC1.
"Hacemos una primera selección de todo lo que estamos trayendo en ropa usada. Es en calidad, donde elegimos por tendencia y marca. Le ofrecemos al cliente una experiencia de compra dentro de este rubro de primerísimo nivel", agrega.