Durante el último tiempo, el fenómeno de las marejadas se ha vuelto frecuente en la costa chilena. ¿Por qué se ha producido esto? ¿Será que cada vez se podrán observar más seguido?

En agosto de este año las olas alcanzaron los 10 metros de alto, provocando serios destrozos en la costanera de Viña del Mar y también en edificios cercanos a ella.

Estas son marejadas de frecuencia corta, vienen muy seguidas, con una diferencia de cinco segundos entre una y otra.

Patricio Winckler, doctor en ingeniería civil oceánica de la Universidad de Valparaíso, explica que las olas de los temporales son mucho más destructivas 'porque rompen de manera impulsiva'.

Por otro lado, también están aquellas olas que vienen desde el hemisferio norte, las que viajan unos 15 mil kilómetros para llegar a la costa nacional. Nos impactan en verano y, aunque no tienen una altura muy pronunciada, tienen una separación entre una y otra de 20 segundos, por lo que se trasladan por el océano con mucha energía acumulada.

CAMBIO

Nuestra costa siempre ha recibido marejadas durante el invierno, pero ¿qué cambió en el último tiempo?

Desde el 2012 las alertas por marejadas han aumentado exponencialmente. Si en dicho año sólo hubo 29 de ellas, durante el 2016 estas llegaron a las 54.

De acuerdo a la información entregada por el comandante Luis Vidal, del servicio meteorológico de la Armada, la tesis de un alumno de la universidad de Valparaíso logró identificar 201 eventos de marejadas que produjeron algún tipo de daño en el borde costero, esto entre 1823 a 2015.

De acuerdo a los registros históricos, la frecuencia de este tipo de fenómenos será cada vez más frecuente en nuestro país. Tras ello surge la pregunta, ¿cómo nos preparamos? Revisa el Reportajes 24.