Aún en el siglo XXI existen viviendas que se encuentran a la intemperie, alejadas de la gran ciudad y limitadas a no contar con los recursos básicos de sustentabilidad como el agua y la electricidad.
"No se puede tener plancha, no se puede tener lavadora, no se puede tener refrigerador ni tele, no se puede tener microondas; o sea falta todo", cuenta Roberto Maldonado, quien vive al interior de Salamanca, Región de Coquimbo.
Para esta familia las carencias se transforman en una calamidad puesto que, el mayor de sus hijos, Sebastián Maldonado, sufre de cáncer cerebral y debe hacerse un tratamiento altamente agresivo con inyecciones que deben estar refrigeradas, sin electricidad no les queda más que guardarlo en el pueblo vecino.
Hasta ahora solo han debido resignarse y Sebastián debe enfrentar su enfermedad desde la vereda de la privación ya que, para él la luz todavía no alcanza.