Camila, tiene sólo un mes y medio y su nombre fue puesto por tribunales. Su madre fue a tenerla y la abandonó. Es hija de padres consumidores, está esperando un cupo para ir a algún hogar.
Y como esta pequeñita hay 600 niños sin familia que son abandonados en centro de menores y hospitales. Van quedando solos de manera paulatina, quedan en espera de un hogar.
La asistente social del Hospital de Antofagasta, señala que muchas veces se produce un parto, pero surgen problemas y los niños se mantienen ahí hasta que se resuelve la situación judicial.
Una enfermera del mismo recinto asistencia, Romina Vega, asegura conmovida mientras tiene a Camila en sus brazos: “Al saber que no tienen quién los visite, que están todos los niños con sus padres presentes y ellos no, genera una cierta tristeza, porque son tan pequeños son tan adorables”.
Todos los años decenas de niños son postergados y en gran parte se debe a padres drogadictos.
“Catalina es un niñita muy encantadora, le encanta que le canten y que le hagan gracias”, asegura Ana María Salgado, paramédico del hospital. La pequeña tiene sólo una año seis meses y ha pasado gran parte de su vida entre ese recinto y el hospital de Vallenar, entra y sale de cirugías, nació con una fisura palatina, una enfermedad congénita, donde las dos mitades del paladar nunca pudieron unirse.
El Director del Sename, Rolando Melo remarca las frías estadísticas: “Abandono tenemos registrados 270 durante el 2012. Son puras y simples situaciones de abandono” y agrega, “hay otras causales de abandono como puede ser el maltrato (…) tenemos el maltrato físico, el psicológico y la negligencia y dentro de ésta tenemos el abandono”.
Los motivos más recurrentes para abandonar un hijo, señalan los especialistas, son el consumo de drogas, alcohol, malformaciones, la pobreza. En este último caso, las madres suelen ceder sus derechos para que se pueda concretar una adopción.
La asistente social asegura “muchas veces ellas han pedido esterilizarse y después se arrancan del pabellón”. Y añade: “Generalmente son las mismas mamás las que se repiten”.
Desde 1761 La Casa Nacional del Niño, ex casa Huérfanos, recoge a los infantes que no son aceptados por sus familias. “Los niños ingresaban sin orden judicial, sino que llegaban libremente, los venían a dejar o mandaban una carta a la madre superiora para que los fuera a retirar a tal parte”, cuenta la directora de este centro, María Cristina Rojas.
A modo de triste anécdota, la autoridad de este centro de niños cuenta que en la antigüedad había un torno donde las madres dejaban a los hijos, tocaban una campana y les avisaban a las monjitas que había llegado un niño.
Actualmente son 90 los infantes internados en ese lugar. Ellos están en espera, pero no sólo de un dictamen de la justicia, están esperando amor, cariño y una familia. Y muchos de ellos, anhelarán estos derechos para siempre.