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Andrew Jennings, el periodista que lleva 15 años llamando mafioso a Sepp Blatter

Andrew Jennings investigó al máximo organismo mundial del fútbol durante 15 años. Se encaró a los dirigentes, colaboró con el FBI y escribió un libro. Hoy está satisfecho por las repercusiones de su trabajo.

24horas Administrator

Lunes 14 de diciembre de 2015

"Sepp Blatter (presidente de la FIFA ahora suspendido) y yo hemos hecho un extraordinario viaje juntos".

"Yo he investigado las corruptas decisiones de la FIFA, mientras Sepp intentaba enterrar las pruebas".

El que habla es Andrew Jennings, un veterano periodista que lleva 15 años investigando las prácticas corruptas de la principal institución del fútbol mundial.

Suele decirse que los periodistas nunca deben ser protagonistas de la historia, pero Jennings, de 72 años, se lo ha ganado.

Su papel ha sido clave en el descubrimiento del millonario escándalo de corrupción que afecta a la FIFA, que se desató en mayo con una redada en un hotel suizo y el arresto de siete ejecutivos por petición de las autoridades de Estados Unidos.

La fiscalía de este país acusó a 14 ejecutivos y colaboradores de participar en un sistema de corrupción "rampante, sistémico y arraigado". Otros 16 funcionarios fueron acusados en diciembre tras el arresto de dos vicepresidentes de la institución en el mismo hotel.

Hace más de una década que Jennigs investiga el caso con una determinación contra viento y marea.

En 2002, poco después de la reelección de un triunfante Sepp Blatter como presidente de la FIFA, en una conferencia de prensa llena de periodistas, Jennings pidió la palabra e hizo una pregunta que entonces nadie esperaba.

"Herr (señor) Blatter, ¿ha recibido usted algún soborno?"

La respuesta de Blatter, un rotundo "No", era previsible. Pero Jennings logró su objetivo: llamar la atención de personas en cargos intermedios de la institución que, quizás conocedoras de prácticas corruptas pero con miedo a hablar o sin saber a quién recurrir, se habían mantenido en silencio.

Jennings cree que la FIFA ha funcionado como una organización mafiosa durante décadas.

"La FIFA es una mafia. Sepp es el padrino y el silencio es el código", dijo Jennings en un programa de la BBC, Panorama, en el que cuenta su obsesión por destapar la corrupción de la FIFA.

Seis semanas después de esa conferencia de prensa, un desconocido le citó en un lugar de la ciudad suiza de Zúrich, donde tiene su sede la FIFA.

De pronto, se abrió una puerta y alguien lo empujó hacia adentro. Allí estaba un oficial de la FIFA con un montón de documentos que probaban la opulencia en la que vivían los altos cargos de la institución.

Jennings reportó que Blatter cobraba bonos millonarios. Blatter amenazó con denunciarlo, pero no lo hizo.

Ese fue el principio de todo.

En el documental de Panorama, se ve una y otra vez a Jennings persiguiendo a los altos ejecutivos de la FIFA y es difícil no preguntarse cuántas horas habrá dedicado el periodista a esperar.

Esperar la llegada de un avión, la salida de un auto de un garaje, el final de una reunión.

Todo para preguntar: ¿Ha cobrado usted alguna vez un soborno?

En un momento del programa, se ve a Jennings asaltando a Jack Warner, ex vicepresidente de la FIFA y ex presidente de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) a la salida de un aeropuerto para hacerle preguntas.

"Si pudiera, te escupiría", le responde un desafiante Warner.

"¿Escupirme, ¿por qué?, le contesta Jennings, que en todo momento mantiene la calma y destaca por su fino sentido del humor.

"Porque eres basura", le contesta.

Warner fue detenido en mayo de este año y se enfrenta a un proceso de extradición a Estados Unidos acusado de aceptar millones de dólares en sobornos.

En otra imagen de 2010, se repite la situación con el ex presidente de la federación brasileña de fútbol, Ricardo Teixeira.

Jennings ya no le pregunta si cobró sobornos, sino a través de qué empresa lo hizo.

Teixeira ha sido acusado junto con otras 15 personas de participar en "esquemas criminales de sobornos y mordidas por valor de más de US$200 millones".

"No contentos con secuestrar el deporte más popular del mundo durante décadas con ganancias ilícitas, estos acusados trataron de institucionalizar su corrupción para asegurarse de que podían vivir de ella, no por el bien del juego, sino para su propio", dijo la fiscal estadounidense Loretta Lynch.

Es lo mismo que opina Jennings: "El juego bonito ha sido robado por ladrones".

¿El fin del viaje?

El periodista publicó en 2006, nueve años antes de que la justicia estadounidense realizase las primeras acusaciones, su primer libro sobre la FIFA "¡Foul! The Secret World of FIFA: Bribes, Vote Rigging and Ticket Scandals" ("¡Falta! El mundo secreto de la FIFA: sobornos, compra de votos y escándalos con las entradas").

Poco después recibió una llamada en la que le decían que unos tipos querían verle.

Eran investigadores del FBI especializados en crimen organizado. Jennings, contento de que un cuerpo policial decidiese por fin investigar la corrupción en el mundo del fútbol, les envió informes financieros confidenciales que obraban en su poder sobre la CONCACAF.

Entre ellos, dice Jennings, había documentos que incriminaban a Chuck Blazer, miembro del comité ejecutivo de la FIFA hasta 2013, secretario general de la CONCACAF hasta 2011 y ex vicepresidente ejecutivo de la Federación de Fútbol de Estados Unidos.

Según Jennings, esos documentos mostraban que Blazer tenía cuentas sin declarar en paraísos fiscales con millones de dólares.

Blazer acabó admitiendo que había conspirado con otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA para cobrar sobornos en relación a la candidatura marroquí para celebrar la Copa del Mundo de 1998 y la de Sudáfrica para celebrar la de 2010.

Blazer trabajó encubiertamente con los fiscales en Estados Unidos y se declaró culpable de recibir sobornos, lavado de dinero y evasión fiscal.

Años después de su inicio, el viaje de Jennings y Blatter parece estar llegando a su fin.

El que fuera el hombre más poderoso del mundo del fútbol está siendo investigado por el FBI por su supuesta participación en el escándalo de sobornos relacionados con derechos de retransmisión del fútbol por valor de US$100 millones, según reveló el propio Jennings en el programa Panorama.

Tanto él como su homólogo en la UEFA, Michel Platini, han sido suspendidos por 90 días después de que la fiscalía suiza abriese una investigación criminal contra Blatter.

Poco después de las detenciones en mayo de este año, Blatter anunció que dejaría el cargo de presidente de la FIFA en febrero de 2016, tras 17 años en el cargo y a pesar de haber sido reelegido la semana anterior.

Desde la sala de su casa en Cumbria, Jennings sonríe con satisfacción.

"Creo que Blatter tendrá que tomarse un descanso del fútbol, sea por la cárcel o por la jubilación", dice.

"Y tras quince años, quizás es también momento para mí de poner las piernas a descansar, aunque sea por unas horas".