Numerosas ciudades han quedado inundadas.
En Brasil, las autoridades dicen que casi 40 personas han muerto debido a las lluvias torrenciales que han azotado al sureste del país durante diez días.
Se calcula que 50.000 brasileños han perdido sus viviendas en los estados más afectados: Minas Gerais y Espirito Santo.
La presidenta Dilma Rousseff, quien sobrevoló el área el martes, ya prometió millones de dólares en ayuda federal.
Pero se pronostican más lluvias en los próximos días, amenazando con más deslizamientos potencialmente fatales.
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