Oslo es una de las ciudades más verdes del mundo y se ha planteado como objetivo reducir en la mitad sus emisiones de carbono para 2020.
La planta de recuperación de energía de Klemetsrud, que genera energía incinerando basura, es un elemento clave para alcanzar esa meta.
Al máximo de su potencial, la planta puede suminstrar calefacacción y electricidad a todas las escuelas públicas de la ciudad y calefaccionar 56.000 hogares.
La BBC visitó las instalaciones en la capital noruega para ver cómo funciona.