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Crisis en Crimea: ¿qué puede hacer Occidente?

BBC Mundo le presenta un análisis de las opciones disponibles a las potencias occidentales ante el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania por Crimea.

24Horas.cl TVN

Martes 4 de marzo de 2014

"Un acto descarado de agresión que viola la ley internacional, que viola la Carta de la ONU", es como el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha descrito la intervención de Rusia en Ucrania.

Kerry amenazó con repercusiones y dijo que "todas las opciones están sobre la mesa".

Pero ¿consideraría seriamente EE.UU. "todas las opciones", incluyendo las militares? ¿Qué pueden hacer realmente EE.UU. y Occidente?

 

OPCIONES DIPLOMÁTICAS

El primer gran paso que se adopta frecuentemente en respuesta a un escándalo internacional es la condena del Consejo de Seguridad de la ONU, posiblemente seguido por las resoluciones del Consejo exigiendo medidas de reparación de parte del infractor y, cuando eso no funciona, una autorización a una acción militar internacional.

Pero todas esas opciones están efectivamente por fuera de la mesa. Rusia es miembro permanente del Consejo y por lo tanto puede vetar cualquier intento de condena en su contra.

Sin embargo hay otros espacios para la acción. Siete de los miembros del G8 -el grupo de las principales naciones industrializadas del mundo- se han enfrentado al octavo miembro, Rusia, cancelando los preparativos para la reunión del grupo programada en Sochi, Rusia, en junio próximo.

También hay otras formas de cooperación con Rusia que pueden ser suspendidos. La alianza EU-Rusia, que celebra reuniones bianuales, es una de ellas. El Consejo de OTAN-Rusia es otra.

Pero darle la espalda diplomática a Rusia puede tener grandes riesgos. La cooperación de Rusia es fundamental para la política de Occidente frente a Irán, Corea del Norte y Afganistán, y tiene influencia vital en Siria.

Según informes, Reino Unido ordenó un boicot ministerial de los Juegos Paralímpicos de Invierno que se inician el próximo viernes en Sochi, ubicado a menos de 480 kilómetros de Simferopol, capital de Crimea. Pero sólo un boicot deportivo podría tener impacto noticioso real y los países son muy reacios a imponerlos desde los boicots olímpicos recíprocos de 1980 y 1984, durante la Guerra Fría.

 

OPCIONES ECONÓMICAS

Más allá de los gestos diplomáticos, Occidente podría imponer medidas diseñadas para golpear a Rusia en el bolsillo. Lo cual tendría que hacerse sin el respaldo de la ONU.

Rusia tiene enormes vínculos comerciales con Occidente. EEUU canceló las conversaciones sobre acuerdos de inversión bilateral y de temas energéticos.

Uno de los elementos de influencia más grandes de Europa sobre Rusia, el petróleo y gas, es también una debilidad.

Rusia es el principal proveedor extranjero de la UE, proporcionándole alrededor del 25% de su gas, por valor de US$100 millones diarios. Y es precisamente por ser tan dependiente Europa de ese recurso, es poco probable que se incline por la confrontación en ese campo.

Europa no tiene alternativas para compensar la escasez de suministro de gas. Sin embargo, tras un invierno relativamente suave, podría tener suficiente almacenado para aguantar varios meses.

La élite rusa podría ser un objetivo. Son viajeros frecuentes a Occidente, muchos tienen parte de su riqueza en bancos, inversiones en propiedades y equipos de fútbol de Occidente.

"No hay nada más efectivo, el arma más poderosa contra el Kremlin es una que afecte a las élites de las que depende", dice Mark Galeotti, analista de seguridad en Rusia.

Y agrega que espera "prohibiciones específicas y congelamiento de activos de funcionarios, restricciones de visado e incluso sanciones dirigidas a empresas rusas".

Golpear negocios puede sonar atractivo, pero Occidente es vulnerable a una retaliación contra sus propias compañías, como ExxonMobil y Boeing, con enorme presencia en Rusia.

La presión económica desde Occidente podría darse en el largo plazo, concentrado en la reducción de la inversión y el intercambio.

Las restricciones de visas y la congelación de activos ya han sido usadas antes. Sobre todo de parte de EE.UU. contra funcionarios rusos supuestamente involucrados con la detención, muerte en prisión y el juicio póstumo del abogado Sergei Magnitsky, caso que despertó la indignación internacional en 2009.

Aunque relativamente limitadas, dichas sanciones tuvieron un efecto negativo en las relaciones con Rusia, que respondió con la prohibición de adopciones entre EE.UU. y Rusia.

Pero Francesco Giumelli, un experto en sanciones internacionales de la Universidad de Groningen en Holanda, dice que no podrían usarse contra cualquier ruso rico.

"Desde el punto de vista legal es muy difícil…¿Cómo se conecta a esta gente en la élite con acciones específicas en Crimea? Se necesita tener pruebas de que están involucrados en irregularidades".

Giumelli dice que las prohibiciones de viajes -medidas no financieras- son los pasos más probables contra generales o funcionarios de defensa, con un papel directo en el conflicto de Crimea, y en el caso más extremo, contra los diputados que votaron para apoyar las acciones de Rusia en Crimea.

Asegura que esto puede parecer "simbólico" pero demuestra el compromiso de actuar, y aunque puede escalar en el futuro, el énfasis por ahora es mantener la mediación.

Refiriéndose a medidas más duras contra el círculo cercano al presidente Vladimir Putin, o las empresas más poderosas, Giumbelli cree que podría provocar represalias, "¿Cómo podría eso ayudar a Ucrania?", pregunta.

"Es muy fácil decir que tenemos que ser fuertes, pero qué pasa si ellos [los rusos] también dicen lo mismo?. Yo no creo que la Unión Europea tenga la voluntad para escalar a una situación en la que alguien tiene que dar marcha atrás", agrega.

 

OPCIONES MILITARES

Inferir del "todas las opciones" de Kerry que no está descartando una acción militar puede ser tomarlo muy literalmente. Los analistas coinciden en que no hay posibilidad de que la OTAN vaya a la guerra contra Rusia por Ucrania.

El secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, William Hague, dijo explícitamente: "Por hoy, no hay opciones militares sobre la mesa".

Ucrania es país socio de la OTAN pero no es miembro de la Alianza, y por lo tanto no recibe garantías de seguridad. El principal objetivo en este momento es el desmilitarizar la crisis y tratar de que Rusia y Ucrania entablen conversaciones, dice Jonathan Marcus, corresponsal diplomático de la BBC. Así que la OTAN posiblemente se moverá con cautela.

Cualquier despliegue de tropas de la región del Mar Negro o el ofrecimiento de, por ejemplo, dispositivos de vigilancia, inevitablemente sería visto por Moscú como la OTAN tomando partido por Kiev, lo que sería como "un trapo rojo para un toro", dice nuestro corresponsal.

 

GRADUALIDAD

Muchos analistas piensan que es poco probable que se presenten acciones repentinas decisivas por parte de Occidente. Cualquier sanción empezaría a pequeña escala y se acrecentaría gradualmente.

En cualquier caso, tomaría tiempo diseñarlas e imponerlas, especialmente por la Unión Europea, donde se requiere poner de acuerdo a 28 países. Occidente también se da cuenta que las sanciones pueden dañar sus propias relaciones con Rusia, especialmente si Moscú escoge la revancha.

Foto: Reuters