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De OJ Simpson a Kim Kardashian

La saga del famoso exfutbolista abrió el camino a una televisión donde la “realidad” se convirtió en el mejor ingrediente del entretenimiento.

24Horas.cl TVN

Martes 17 de junio de 2014

Carlos Chirinos BBC Mundo, @bbc_chirinos

Cuando hace veinte años OJ Simpson protagonizó la persecución policial más famosa de la televisión estadounidense y, sin saberlo, estrenó una manera de presentar y consumir la noticia, ya se asomaba el nombre Kardashian, el mismo que décadas después se convertiría en marca distintiva de la industria de "reality shows" o "telerrealidad".

El padre de las hermanas Kardashian, el fallecido Robert Kardashian, era amigo y abogado de la defensa de Simpson y se hizo muy famoso durante el juicio del exfutbolista por la muerte de su exesposa Nicole Brown y el amigo de esta, Ronald Gold.

Nada comparado con el reconocimiento planetario del que gozan sus hijas, quienes desde 2007 han venido construyendo su indiscutible reinado de la "telerrealidad", en buena medida beneficiadas por el reconocimiento del apellido que labró el padre en la defensa de Simpson, junto con las conexiones de la familia en el mundo del entretenimiento y su condición de "socialites".

La fuga de OJ Simpson y la saga judicial que siguió por 16 meses juntó todos los ingredientes que desde siempre han servido para atraer audiencias: fama y drama, vida y muerte, dinero y chisme. Lo novedoso fue la manera de empacarlo y presentarlo, en vivo y directo, no tanto como noticia sino más como entretenimiento.

Casi 95 millones de personas siguieron por televisión la tarde del 17 de junio de 1994 la lenta persecución –o sería mejor decir la escolta policial- por calles y autopistas de la camioneta blanca donde iba el sospechoso.

En octubre de 2015, casi 145 millones sintonizaron sus televisores para conocer la suerte del deportista y actor el día en que el tribunal entregó su veredicto dejándolo libre de cargos.

Eran volúmenes de audiencia de eventos de mucha más costosa producción, como la presentación del Oscar o la Serie Mundial del béisbol, y mostraban que ahí estaba el mercado para la naciente industria de informativos de 24 horas.

Es cierto que esos programas "reales" con gente "real" habían estado merodeando por la televisión desde casi sus inicios en los años 50, aunque nunca habían logrado niveles de encendido que empezaron a tener a partir del caso Simpson.

Después de lo de OJ se crearon canales para ver en vivo, allí donde la ley lo permitiera, los juicios de los casos más retorcidos. Los canales desplegaron equipos de expertos legales que comentaban al minuto las incidencias de lo que pasara en la corte.

Grandes estrellas de la televisión estadounidense actual surgieron de aquellos años, como Greta Van Susteren, que empezó como comentarista legal para CNN durante el juicio de Simpson y ahora es una de las anclas más importantes del canal de noticias Fox, el más visto en el país.

El nuevo género no se limitó a famosos, asesinatos o juicios, el auge de la "telerrealidad" trajo programas como "Big Brother" (El Gran Hermano) o "Survivor" (Sobreviviente) en los que el público se interesaba por las minúsculas vicisitudes diarias de un grupo de desconocidos con muchas ganas de dejar de serlo.

Con el tiempo lo que es "real" cambio. Al fin y al cabo, tener una cámara al frente por 24 horas hace que las personas se convierten en personajes, empiezan a actuar para su público.

La "telerrealidad" se convirtió en una pantomima donde situaciones exageradas en aras de la dramatización distan de ser reales, ni siquiera convincentes.

En ese universo de ficción con pretensiones de realidad viven ahora desde policías que hacen sus rondas y someten al escarnio público a sospechosos a quienes no se les ha demostrado culpabilidad alguna, familias con decenas de hijos problemáticos todos, millonarias amas de casa "reales" que se desgreñan mutuamente, familias de mafiosas que deben enfrentar la vida sin el "capo", obesos que sufren por perder kilos y ganar afecto.

Es a lo que condujo el camino que abrió para la televisión la persecución de OJ Simpson y que termina, por ahora, en el reino de las hijas de su abogado Robert Kardashian: Kim, Khloe y Kourtney.