Click acá para ir directamente al contenido

Desafiando mitos sobre niños autistas

La madre de un niño autista usa su cámara de fotos para demostrar que muchos de nosotros tenemos concepciones erróneas sobre el autismo, asumiendo que los que la padecen no ríen, abrazan o besan.

24Horas.cl TVN

Martes 29 de abril de 2014

Cuando diagnosticaron autismo a su hijo, Sara Dunn decidió "desafiar los mitos en torno al autismo" con una cámara.

La fotógrafa ha estado documentando sus experiencias con su hijo y otras familias afectadas por el trastorno a través de la imagen.

Dunn, de 27 años, de Chester, Reino Unido, pasa unas 48 horas en compañía de familias afectadas tomando sus imágenes.

"Algunos me han dicho que no creen en el autismo, que su hijo es sólo un niño travieso. Me han dicho que los niños autistas no saben cómo amar. Sí lo saben", dice.

"Normalmente estos niños tienen experiencias sensoriales muy complejas, están angustiados, y algunos adultos lo perciben como si se portaran mal. Da bastante miedo".

La fotógrafa dice que espera que las imágenes expliquen que "cuando estos niños tienen un berrinche en público están teniendo una experiencia sensorial muy complicada".

EL AUTISMO DE FRANK

Dunn y su prometido tienen un hijo de dos años llamado Frank del que sospechaban tenía sordera, aunque luego el médico les mencionó el autismo.

"Pensábamos que tendríamos que batallar mucho después de escuchar todas esas historias horrorosas sobre los años que se tarda en tener un diagnóstico, pero con Frank fue fácil por la severidad de sus necesidades", recuerda.

El pediatra dijo a Dunn que era "la primera vez que diagnosticaba a un niño de menos de dos años con esta enfermedad".

"Fue muy duro, ahora soy muy optimista sobre ello pero en aquel momento sufrí una especie de luto, era un obstáculo en el camino", explica.

BUENOS Y MALOS MOMENTOS

Tras la diagnosis decidió empezar a tomar fotografías de Frank para que la ayudaran a enfrentar el problema.

"Al principio lo hice para recordarme que hay buenos días y que se alcanzan pequeños logros. Antes de darme cuenta también quería fotografiar los malos días".

"A través de la fotografía me he dado cuenta de los pequeños triunfos que logra. Más contacto ocular, más abrazos, empezar a entender órdenes simples como "baño" o "jugo", es una buena forma de recordar lo que se disfrutan estos niños".

PEQUEÑA COMUNIDAD

Después de colgar sus imágenes en redes sociales, otras familias de Reino Unido empezaron a contactarla para contarle que estaban atravesando una experiencia similar.

Entonces decidió saber más sobre "los problemas con el autismo de otras personas" quedándose con ellas.

"Quedarse con ellas es importante. No quería ir a su casa, tomar una foto e irme, porque esto no representa cómo es la vida para esta gente", dice Dunn.

El autismo varía de leve a severo, cuando una persona es prácticamente incapaz de comunicarse y requiere cuidado las 24 horas.

Conocí a Dunn cuando estaba con la familia Callaghan, de Preston. Dunn estuvo durmiendo sobre un colchón inflable en la sala y acababa de acompañar a la familia al parque.

SÍ INTERACTÚAN CON EXTRAÑOS

A Lewis Callaghan, de cuatro años, se le diagnosticó autismo cuando tenía dos. No habla, pero usa un sistema de intercambio de imágenes, que consiste en una serie de cartas con imágenes que le permiten comunicarse no verbalmente.

Su madre Amanda, de 42 años, dice que algunos les dicen "crecerá y se le irá", pero es una condición de por vida.

La madre cuenta que Lewis es "hiposensible", lo que significa que necesita estar muy en contacto con la gente y las cosas a su alrededor para entender su entorno.

"Algunos creen que (los autistas) tratan de evitar interactuar con la gente, pero como puedes ver Lewis quiere interactuar con extraños. Creo que se entiende mal".

"Es un espectro muy amplio, podrías tener un hijo que es tan sensible al ruido que tiene que llevar orejeras todo el tiempo, o tan sensible al tacto que no puede llevar ropa normal. Puede ir de un extremo al otro y cualquier cosa en medio".

Como Frank, Lewis es un "buscador de sensaciones" que explora el mundo a su alrededor tocando todo.

BESAR, ABRAZAR Y SONREÍR

Ahora más de 15 familias en Inglaterra están involucradas en el proyecto fotográfico de Dunn.

Según la fotógrafa, las imágenes "muestran una serie de cosas que la gente pensará que los autistas no hacen, como besar, abrazar y sonreír".

Espera que su trabajo genere conciencia, y el próximo año pretende retratar también la vida de niños más mayores y adultos con autismo.

La Sociedad Nacional del Autismo en Reino Unido lo ha definido como "un proyecto inspirador".

Dunn dice que "teme por el futuro", pero las fotos están ayudando a crear una pequeña comunidad que comparte sus preocupaciones y experiencias.

"Deberíamos admirar a estos niños por lo que consiguen, pero deberíamos también admirar a los padres y cuidadores por todas las luchas que enfrentan y cómo siguen adelante, cada día".

Foto: Sara Dunn