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Heysel: así viví la tragedia que cambió el fútbol

El 29 de mayo de 1985 en Bruselas murieron 39 personas que asistían a la final de la Liga de Campeones de Europa entre el Liverpool inglés y la Juventus de Italia en el estadio Heysel, debido a desmanes de los "hooligans".

24horas Administrator

Viernes 29 de mayo de 2015

Redacción BBC Mundo

La final de la copa europea del 29 de mayo de 1985 iba a ser una celebración del fútbol: una contienda entre dos de los mejores equipos del continente, el Liverpool inglés y la Juventus de Italia. Pero antes del pitazo inicial comenzó la contienda, protagonizada por hooligans del Liverpool, que terminó en una de las peores tragedias jamás vividas en un estadio y de la que se cumplen 30 años: 39 muertos, aplastados por la multitud en estampida.

La BBC entrevistó a Simone Stenti, uno de los aficionados de la Juventus que aquella noche escapó por poco de la muerte. Así lo recuerda, 30 años más tarde.

"Recuerdo que era un día hermoso, el sol se reflejaba sobre el gramado del estadio. En Bruselas se respiraba un ambiente de fiesta", dice Stenti.

Era la primaveral tarde del 29 de mayo de 1985. Miles de fanáticos del Liverpool FC y la Juventus italiana convergieron en la capital de Bélgica, Bruselas, en medio de la celebración de la final de la Liga de Campeones de ese año.

Stenti era en ese entonces era un estudiante de 22 años que había viajado con su padre a ver el partido.

"Atesoro los momentos previos de aquel partido. Todavía conservo la bufanda que intercambié con un hincha del Liverpool".

Sin embargo, cuando comenzó a buscar su posición dentro el estadio de Heysel, tuvo la sensación de que algo no estaba bien.

El agente de viajes que le había vendido los tiquetes le había dicho que eran para la zona donde estaban ubicados los hinchas de la "Vecchia Signora".

Pero al llegar, se dio cuenta que estaba ubicado en la zona Z, llamada neutral, pero muy cerca de los hinchas del Liverpool.

En el otro extremo del estadio estaban los seguidores de la Juve.

"Apenas me senté en la cancha me di cuenta de lo extraño de aquella situación. Porque en la línea para entrar al estadio había muchos hinchas ingleses. Era muy extraño que algunos belgas y familias italianas estuviéramos tan cerca de los ingleses. Literalmente, al lado de nosotros", relató Simoni.

"Lo único que nos separaba era una pequeña valla metálica, de esas que utilizan en las granjas para mantener a raya a las gallinas".

Pero no fue solo la falta de separación entre ambas barras, sino la falta de preparación de la fuerza policial belga y la capacidad del pequeño estadio de Heysel para albergar un evento de esa magnitud lo que desató el desastre, considerado por muchos como el peor en la historia del fútbol.

Sin provocación

"Comenzamos a darnos cuenta que algo grave estaba pasando cuando un grupo de hinchas del Liverpool empezó a pedirle a los policías que hicieran algo para separarnos mejor. Pero uno de los oficiales intentó golpear a uno de los hooligans, éste tomó el bastón, lo golpeó y el policía se fue corriendo, a resguardarse. Y no vimos más a la policía", recordó.

Y ahí comenzó el infierno.

"Ellos cayeron en cuenta que no había nada que los separara de nosotros, de los hinchas rivales, entonces intentaron saltar la valla, comenzaron a lanzarnos todo tipo de cosas: botellas, palos, líquidos. Nos invadió una sensación de pánico. En ese momento varios hinchas del Liverpool atravesaron la valla, golpeando a las personas que se les iban atravesando en el camino".

Las imágenes de archivo de aquel día son aterradoras: gente apisonada en el suelo, mientras centenares de personas les saltaban encima.

Uno de los policías que asistió al lugar le dijo a la televisión que transmitía el partido: "Es horrible lo que se ve allí dentro".

Hasta ese momento los hinchas del Liverpool tenían un "buen comportamiento" en comparación con los de otros clubes ingleses.

Aunque algunos testigos afirmaron que los hinchas de la Juve incitaron el comportamiento violento de los hooligans.

Sin embargo, Simoni apela a sus recuerdos e insiste en que nada de eso ocurrió.

"No hubo ningún tipo de provocación, porque en nuestra zona solo había familias y belgas, ninguno de nosotros éramos hinchas extremos. Lo que pasó es que todos entramos en pánico y comenzamos a huir", relató Simoni.

"Decidimos ir hacia la parte baja para escapar por una de las paredes. Pensé que iba a morir allí: la gente me apretaba el cuello y por unos segundos no fui capaz de respirar. Y cuando no puedes respirar adecuadamente, no puedes pensar adecuadamente".

Sin embargo, en aquel momento de urgencia, él y su padre lograron hallar una salida: la ventana de un baño.

"Estábamos rodeados de niños, ancianos, mujeres. De repente logramos ver la entrada a uno de los baños. De alguna manera logré empujar a mi padre hasta ese lugar y después él pudo sacarme a mí. Sabíamos que algo enorme había pasado, pero nunca nos imaginamos la magnitud, lo que realmente había ocurrido".

Poco a poco, las autoridades fueron llegando al estadio, pero todo el proceso –después consignado en un informe realizado por organismos internacionales- fue torpe e inadecuado.

"De alguna manera logramos llegar a la pista atlética. El aspecto de los sobrevivientes era como de zombies, de muertos vivientes", dijo Simoni.

El saldo fue trágico: 39 muertos, entre ellos varios hinchas de la Juventus que murieron aplastados por la multitud. Más de 600 heridos. Un día negro en la historia del fútbol.

Pero aquel siniestro 29 de mayo continuó como si nada hubiera pasado: los directivos de la federación europea, la UEFA, decidieron disputar de todas maneras el partido entre Juventus y Liverpool.

Argumentaron que, de no jugarse el cotejo, se podrían disparar peores actos de violencia.

Sanción

"Ya me había olvidado del partido. Mi principal urgencia era conseguir un teléfono y llamar a mi madre en Italia para que no se preocupara por nosotros, porque evidentemente ella iba a estar angustiada al conocer la cantidad de muertos".

"Pero cuando salí a buscarlos habían sido todos destruidos. Los belgas estaban aterrorizados con todo lo que había pasado".

"El fútbol ha muerto", relató uno de los periodistas de la BBC que estaban aquel día en Bruselas.

Los clubes ingleses recibieron una sanción de cinco años para participar en torneos europeos y el Liverpool FC fue penalizado con seis años.

Además, este partido fue fundamental para cambiar los estándares de seguridad de la UEFA y la FIFA respecto a los estadios alrededor del continente.

Los clubes ingleses recibieron una sanción de cinco años.

Uno de esos cambios fue el retiro de las vallas de seguridad en las canchas. Solo estadios calificados por la UEFA y FIFA como "categoría 4" podían albergar finales de competiciones europeas y se establecieron medidas para que los hinchas de ambos equipos estuvieran separados por cordones de seguridad.

"Este evento me enseñó muchas cosas. Durante mucho tiempo estuve soñando con eso y traté de quitarlo de mi cabeza. Pero me di cuenta que estaba equivocado. Que teníamos que recordarlo. Porque si ahora vas por Italia y preguntas por Heysel, la mayoría de la gente no lo recuerda. No sabe que en ese estadio murieron 39 personas, muchas de ellas hinchas de la Juve".