La perra Kabang, de Filipinas, sufrió un accidente en 2011 cuando se arrojó frente a una motocicleta para impedir que ésta atropellara a las dos hijas de su dueño.
Quedó sin mandíbula y sin la parte superior de su hocico.
Su hazaña generó que se estableciera un fondo para pagar su tratamiento en Estados Unidos.
El procedimiento resultó un éxito.