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La celestina a la que recurren la mayoría de los solteros chinos

En China siempre han existido celestinas, pero ninguna como Gong Haiyan, quien creó el sitio de citas por internet más grande del país cuando era estudiante, hace diez años. Hoy día, el sitio tiene 100 millones de usuarios.

Juan Jose Ulloa

Miércoles 11 de septiembre de 2013

En China siempre han existido celestinas, pero ninguna como Gong Haiyan, quien creó el sitio de citas por internet más grande del país cuando era estudiante, hace 10 años. Hoy día, el sitio tiene 100 millones de usuarios.

Mientras empacamos la cámara para irnos, Gong se levanta la falda y me muestra una cicatriz enorme y púrpura en su pierna derecha.

"Un accidente de tractor", me dice sin emoción alguna. "Durante lasvacaciones escolares yo estaba tratando de ganarme unos pesosvendiendo cremas. Pero camino a la fábrica, el tractor -en el queviajaba- se cayó en una zanja y me aplastó". Gong, una de lasempresarias más importantes de China, empezó de muy joven. Estamillonaria que construyó su propia fortuna nació en un pueblitopobre en la provincia de Hunan, en el sur del país. Su abuelo, quehabía sido un rico terrateniente, fue perseguido durante laRevolución Cultural. Como consecuencia, su hijo no pudo completarsus estudios primarios. Pero a pesar de que sus padres habíanrecibido muy poca educación formal, tenían grandes planes para suhija.

Orgullo herido

Después del accidente, Gong fue a la escuela secundaria. Y, al igual que muchos otros habitantes de las zonas rurales, emigró hacia la costa, donde encontró empleo en una fábrica de televisores. Quería juntar algo de dinero para contribuir a pagar las cuentas médicas que estaban arruinando a su familia.

Pero muy pronto comenzó a aburrirse con el trabajo en la fábrica y retomó sus estudios. Más tarde se ganó un lugar en la Universidad de Pekín, donde se convirtió en la mejor estudiante de su provincia antes de trasladarse para hacer una maestría en la Universidad de Fudan, en Shanghái.

Su vida amorosa, sin embargo, era un páramo y sus padres comenzaron a preocuparse.

"Tenía más de 25 años y, para los estándares chinos yo era una"leftover woman" (en español, algo así como un sobrante), dice. "Mimamá y mi papá insistían constantemente con que tenía que casarme”.Así fue que Gong pagó un poco más de US$80 para registrarse en unsitio de citas por internet. Pero no recibió ninguna respuesta, ymás tarde se dio cuenta de que la compañía había robado losperfiles de solteros de otros sitios. "Quise recuperar el dinero,ero no me lo devolvieron y se rieron en mi cara", me cuenta. Esmás, le dijeron que no era particularmente bonita o simpática y queningún hombre exitoso podría interesarse en ella. "Me enojé mucho",recuerda, "por eso le pregunté a un amigo mío cuanto costaría crearun sitio y cree mi propia página de encuentros amorosos".

Pruebas múltiples

Al igual que Facebook, el sitio de Gong fue creado en un dormitorio de una residencia estudiantil y la primera persona en publicar un perfil fue su mejor amiga, otra estudiante.

Cuatro días más tarde convenció a otra persona para que se inscribiera.

Diez años después, Jiayuan.com -que significa destino hermoso- tiene cerca de 100 millones de usuarios, y oficinas en varias ciudades chinas.

En la recepción de la oficina central en Pekín hay una pantalla en la pared bajo un corazón rosa, con dos grupos de números que aumentan sin cesar.

Uno corresponde al número de inscripciones. El otro al número de parejas que se forman.

No hay cifras de divorcios o rupturas, pero me han dicho que el valor de la compañía radica en su aproximación seria a las relaciones amorosas. "Nuestros usuarios buscan una pareja para toda la vida, no un poco de diversión".

Pero haciendo a un lado el éxito económico, la victoria másimportante para Gong fue haber encontrado a su marido en su sitioweb. Guo Jian Zeng es un científico que estudia a la mosca de lafruta. Según cuenta Gong, pasó las pruebas iniciales con unapuntuación brillante. "Le hice tomar un test de coeficienteintelectual", recuerda. "Y sacó cinco puntos más que yo". Tambiénla impresionó su calidez y su disposición para ayudar a los demás,desde a familiares cercanos hasta extraños en la calle. Su fototampoco pasó desapercibida. "Tenía una camiseta y se veía que eramusculoso. Él ganó incluso un campeonato en su gimnasio". La parejase conoció seis meses después de lanzado el sitio, en 2003, y secasó a los tres meses. Ahora tienen una hija de cuatro años.

Tradición

La celestina número uno de China, mote con el que se conoce a Gong,está continuando con una tradición de larga data. El arte de formarparejas tiene una historia de 2.000 años que se remonta hasta ladinastía Zhou. Cada población solía tener a su "madre roja", unamujer local que empleaban las familias para encontrar la parejaadecuada para sus hijos e hijas. Con el tiempo, los funcionariosdel partido y los directores de las fábricas comenzaron a jugar unpapel similar. Pero ahora, con la rápida urbanización, los viejosmétodos han dejado de funcionar. "Para los inmigrantes del campo,como yo, es virtualmente imposible confiar en las antiguasconexiones sociales para encontrar marido", dice. "Cuando llegué aShangái no tenía amigos o familia allí". Además, explica Gong, elcrecimiento económico en China ha dado lugar a mayores expectativasy mayores desengaños. "Hay una asimetría de la información, lapersona que estás buscando existe, pero no sabes dondeencontrarla".

Necesidad básica

El mercado en el área matrimonial es particularmente difícil hoy día para los hombres. La implementación en los años 80 de estrictas políticas de planificación familiar provocó un aumento en el número de hijos varones.

A raíz de la preferencia de los padres por los hijos varones, China tiene ahora el desbalance de género más dramático del mundo, con 118 niños por cada 100 niñas.

Según estadísticas oficiales, para el fin de la década habrá 24 millones de "hombres sobrantes" en edad para casarse. Y algunos académicos estiman que entre 2020 y 2050 el 15% de los hombres chinos no encontrará esposa.

Esto, para Gong, puede acarrear serios problemas sociales.

"Todo el tiempo escuchamos en las noticas que hay más hombres que recurren a prostitutas, por ejemplo. Todos necesitan un compañero, una pareja. Ésta es una necesidad básica de todos los seres humanos".