La joven activista paquistaní Malala Yousafzai, atacada por el Talibán hace dos años por su lucha a favor de la educación femenina, inició una visita a la capital de Nigeria, Abuja, para defender su causa.
Malala llegó a Nigeria en coincidencia con su cumpleaños número 17, tres meses después de que más de 200 jóvenes fueran secuestradas desde su escuela en Chibok, al noreste del país, por el grupo islamista Boko Haram.
En Nigeria, recientemente convertida en la mayor economía de África, sólo alrededor de la mitad de los niños de entre seis y once años va a la escuela.