Un juez en Ciudad de México sentenció a dos hombres a 520 años de prisión por el secuestro y el asesinato de 13 jóvenes en el bar Heaven de esa ciudad, en 2013.
Los cuerpos de las víctimas fueron hallados en una fosa en las afueras de la ciudad después de que los familiares de las víctimas organizaran protestas en las calles.
La fiscalía informó que el crimen era una represalia por el asesinato de un traficante de drogas cometido pocos días antes.
Otros tres hombres recibieron sentencias similares en septiembre de este año.
Un tribunal de Ciudad de México los condenó a más 500 años de prisión, respectivamente.
Los jóvenes de ambos sexos, cuyas edades oscilaban entre los 16 y 34 años, fueron reportados desaparecidos después de que el grupo fuera al bar, ubicado en una zona de diversión nocturna de la capital mexicana, el 26 de mayo de 2013.
Filmaciones de circuito cerrado de televisión mostraron a algunos de ellos cuando eran llevados a automóviles en horas en las que el establecimiento no estaba abierto al público.
Sus cuerpos fueron descubiertos en una fosa cubierta con cal, cemento y asbesto a las afueras de Ciudad de México.
De Tepito
La mayoría de los jóvenes provenían del vecindario Tepito, un área empobrecida de la capital mexicana.
El caso conmocionó a los habitantes de Ciudad de México, que en 2013 se percibía como un lugar menos afectado por violencia provocada por los carteles de las drogas.
La sentencia que dictó un juez contra tres sujetos en septiembre fue simbólica, porque los reos no cumplirán esos años en prisión.
En México no existe la cadena perpetua y las leyes establecen que ninguna persona puede permanecer más de 50 años en la cárcel.
El fallo del juez en este caso impide que los ahora sentenciados tengan derecho a alguna reducción de pena como señalan las normas, por lo que deberán permanecer recluidos durante cinco décadas.
No es la primera vez que un delincuente recibe una sentencia de este nivel, Alberto Nájar, corresponsal de BBC Mundo en Ciudad de México.
En julio, un juez de Chihuahua dictó una pena de 697 años de cárcel contra un grupo de secuestradores y homicidas.