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Ópticas que se llevan en el teléfono

Una aplicación para teléfonos inteligentes permite atender en sus casas a personas con problemas de visión que viven en zonas remotas de países pobres, lejos de centros especializados. Una tecnología ubicua de bajo costo.

24Horas.cl TVN

Sábado 24 de agosto de 2013

James Gallagher BBC

Mirriam Waithara fue examinada con la aplicación Peek.

Las cataratas nublaban el mundo de Mirriam Waithara y la dejaron casi ciega. Waithara vive en una remota parte de Kenia donde no hay oftalmólogos que puedan atenderla.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo hay unos 285 millones de personas que, como Waithara, están ciegas o tienen serias limitaciones en la visión.

La razón es frecuentemente simple y su tratamiento fácil. Un par de lentes o una oportuna operación de cataratas pueden transformar la vida de una persona.

De hecho, se estima que cuatro de cada cinco casos puede prevenirse o curarse.

Y aunque incluso hasta en las zonas más pobres del planeta frecuentemente hay oftalmólogos u optometristas, conseguir los pacientes suele ser un problema, según el Dr. Andrew Bastawrous, de la facultad de Higiene y Medicina Tropical de la London School.

"Los pacientes que lo necesitan más nunca podrán llegar a un hospital porque les quedan fuera de alcance. Ellos no tienen ingresos para pagarse un trasporte, así que necesitamos una manera de llegara a ellos", dijo Bastawrous a la BBC.

Tecnología de bajo costo

La idea de la aplicación es llevar la óptica hasta donde estén los pacientes en zonas pobres.

Bastawarous ha encontrado una solución que es móvil y que no requiere mucho entrenamiento: una aplicación telefónica llamada Peek (siglas en ingles del Equipo Portatil de Examinación Visual)

El Peek usa la cámara de un teléfono inteligente para examinar el ojo de un paciente en el descarte de cataratas y está siendo empleado en 5.000 personas en Kenia.

Una letra de tamaño variable que aparece en la pantalla se usa en lugar del típico cartel para los chequeos de visión y el flash del teléfono sirve para iluminar el fondo del ojo y la retina para descartar enfermedades.

La historia del paciente queda grabada en el teléfono y su localización exacta se registra usando un GPS. Todos estos datos pueden ser enviados por correo electrónico a los doctores.

El teléfono es relativamente barato, alrededor de los US$ 500, frente a los más de US$ 150.000 que puede costar los aparatosos equipos de examinación visual.

Pero, ¿es capaz de ofrecer los mismos diagnósticos?

Las imágenes tomadas durante los exámenes en Nakaru, Kenia, son enviadas al Hospital de los Ojos de Moorsfield, en Londres.

Las fotos se comparan con las que se toman con el equipo convencional, que es transportado por la región en una camioneta.

El estudio todavía no ha sido completado, pero los investigadores dicen que los primeros resultados son promisorios y que más de mil personas han recibido algún tipo de tratamiento hasta ahora.

Entre ellos está Miriam Waithara, a quien se sometió a una operación para removerle las cataratas y puede ver de nuevo.

 

La óptica en casa

"Lo que esperamos es que esto proveerá cuidados oculares a aquellos que son los más pobres entre los pobres", dice el Dr. Bastawrous.

"Lo que podemos hacer usando estas técnicas es ir a la casa de los pacientes, examinarlos y darles un diagnóstico inmediato en las puertas de sus hogares".

Aunque la idea está aún en una etapa temprana está generando elogios.

Peter Ackland, de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera asegura que "Peek es potencialmente una herramienta con un enorme potencial para cambiar el juego".

"Si usted es el sustento de su hogar y no puede ver y no puede trabajar entonces su familia entera está en crisis".

"Actualmente no tenemos el personal de cuidados oftalmológico entrenado para llevar servicios a las comunidades más pobres. Esta herramienta podría permitirnos prestar ese servicio con personal con poco entrenamiento".

La mayor necesidad está en los países pobres donde vive cerca del 90% de las personas ciegas o con impedimentos visuales.

Ackland considera que África y el norte de la India serán dos de los sitios que más se beneficiarían, ya que los oftalmólogos y optometristas en esas regiones operan a cerca del 40% de sus capacidades.