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Por qué donaron su cerebros dos jugadores de la NFL

Steve Weatherford y Sidney Rice decidieron donar sus cerebros a la ciencia para investigar los problemas degenerativos consecuencia de las lesiones que sufren muchos futbolistas durante sus carreras.

24horas Administrator

Miércoles 4 de marzo de 2015

Sidney Rice se retiró del deporte a los 27 años después de ganar un Super Bowl, preocupado por los efectos que puedan tener los golpes que ha recibido durante su carrera.

Va más allá del fútbol americano, pero el anuncio de Steve Weatherford y Sidney Rice de que donarán sus cerebros para que sean investigados después de sus muertes marca un punto de partida.

Tanto Weatherford, punter o pateador de despeje de los Giants de Nueva York, como Rice, exrecibidor de los Seahawks de Seattle, buscan apoyar los estudios sobre las lesiones cerebrales a raíz del creciente número de exjugadores que sufren enfermedades degenerativas.

"Hay muchos aspectos que resultan de las lesiones cerebrales y no sólo en los atletas profesionales. Esto afecta a todo el mundo", dijo Weatherford.

Rice ganó el Super Bowl con los Seahawks antes de retirarse del deporte a los 27 años por temor a los problemas de salud a los que puede estar expuesto a largo plazo después de absorber tantos golpes en su cabeza.

"Tuve mi buena cuota de diversión en la NFL (siglas en inglés de la Liga Profesional de Fútbol en Estados Unidos)", dijo el exjugador.

"Desafortunadamente no fui educado lo suficiente sobre lo que te pueden generar las conmociones cerebrales. Los estudios médicos sobre el cerebro serán de gran ayuda, y tal vez puedan prevenirlo".

La necesidad

La razón por la que ambos jugadores tomaron esta iniciativa pese a estar en los mejores años de sus carreras se debe al poco conocimiento que todavía tienen los médicos sobre la enfermedad que surge por los repetidos golpes en la cabeza, la llamada encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).

Junior Seau, uno de los jugadores más queridos en la NFL, fue diagnosticado con encefalopatía traumática crónica después de su suicidio en 2012.

En el pasado, la CTE había sido vinculada principalmente a los boxeadores y se le conocía como demencia pugilística.

Pero estudios recientes han encontrado evidencia de que las lesiones traumáticas en la cabeza en la NFL también conducen a la enfermedad, cuyos síntomas pueden incluir pérdida de memoria, depresión y demencia.

En proporción, un jugador de fútbol americano está 19 veces más expuesto a sufrir de CET que la población general según concluyó una investigación.

De allí el elevado número de suicidios y muertes prematuras en los últimos años de afamados exjugadores como Ray Easterling, Dave Duerson y Junior Seau.

Antes de quitarse la vida, Duerson dejó una nota en la que pidió específicamente que su cerebro fuera donado para investigar el vínculo entre la NFL y el CET. La autopsia confirmó que el exjugador de los Bear de Chicago sufría de la enfermedad.

Largo camino

Al hacerlo en conjunto, Weatherford y Rice le brindan la oportunidad a los investigadores de comparar dos cerebros de personas que estuvieron dedicadas al mismo deporte, pero que al jugar distintas posiciones, recibieron un nivel de castigo diferente.

Debido a su posición en el campo, Weatherford sólo ha sufrido de una conmoción cerebral en su carrera.

Mientras el pateador de los Giants sólo ha sufrido una conmoción cerebral en su carrera, se estima que Rice ha sufrido entre 15 y 20 desde que comenzó a jugar fútbol americano a los 8 años.

Ellos esperan que otros jugadores sigan su ejemplo y apoyen las investigaciones.

Tanto Rice como Weatherford esperan que muchos jugadores se sumen a la lucha contra las lesiones cerebrales.

"Muchos de mis compañeros y amigos cercanos han tenido que tratar con conmociones cerebrales y las depresiones que se generan de ello", dijo Weatherford.

Las autoridades de la NFL han acelerado el paso en años recientes para hacer frente a las lesiones cerebrales después de un lento comienzo hace poco más de dos décadas, cuando reconocieron por primera vez que las conmociones cerebrales podían llegar a ser un problema.

Ahora, presionadas por los cerca de 5.000 exjugadores que interpusieron una demanda contra la liga profesional por las lesiones sufridas durante sus carreras, se han visto obligados a actuar.

Si bien ambas partes están cerca de llegar a un acuerdo por una cifra cercana a US$1.000 millones, todavía queda un largo camino por recorrer en la lucha para prevenir las enfermedades cerebrales en el deporte, algo que se extiende desde la NFL hasta las ligas juveniles e infantiles.