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¿Por qué le cuesta levantar cabeza al fútbol en Argentina?

Falta de confianza en sus cuentas, peleas internas y parálisis ante la violencia de las barras bravas. Los desafíos para la AFA, a un año de la muerte de "el dueño de la pelota": Julio Grondona.

24Horas.cl TVN

Viernes 4 de septiembre de 2015

Ignacio de los ReyesBBC Mundo, Buenos Aires

Tras las derrotas en Brasil y Chile, llegó la hora de la renovación en Argentina.

Si es verdad que el fútbol es una religión en Argentina y que Maradona es su Dios, entonces la sede de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), sería un Vaticano del balón que se erige en el centro de Buenos Aires.

Una de las primeras imágenes con las que uno se encuentra al entrar en este edificio blanco es la del Papa Francisco, bendiciendo al fútbol argentino junto a la Virgen de Luján, antes de dar paso a una sala con una interminable colección de trofeos.

Pero la casa del fútbol argentino, un año después de la muerte de Julio Grondona, pastor indiscutible de la AFA durante más de tres décadas–, vive una severa crisis de fe.

La AFA es vista en el país como un gigante con la credibilidad dañada, incapaz de resolver el flagelo de la violencia en los estadios y dominada por una lucha interna por el poder.

En junio, una jueza federal ordenó rastrear el dinero que la AFA recibe a través del programa gubernamental de transmisión de partidos Fútbol para Todos, que sólo en 2014 le costó al Estado más de 150 millones de dólares.

La magistrada María Servini de Cubría nombró a un equipo de veedores para comprobar en qué se gasta exactamente ese dinero e investigar si se le ha dado un destino legítimo.

La sombra de Grondona

"La gente desconfía (de las cuentas de la AFA)", reconoce Luis Segura, el actual presidente de la federación.

"Todo eso está alimentado por intereses o por periodismo que influye con ese pensamiento", sostiene en una entrevista con BBC Mundo.

Grondona gobernó la AFA durante más de tres décadas.Pero el contexto de escándalos que viven las asociaciones de fútbol en América Latina y el resto del mundo no ayuda a recobrar la fe.

Desde que estalló la controversia sobre el esquema de sobornos en el seno de la FIFA, el órgano rector del fútbol internacional, las miradas han estado puestas sobre la AFA en particular y en el mundo del balompié argentino, en general.

Alejandro Burzaco, Hugo Jinkis y Mariano Jinkis, tres importantes exdirectivos argentinos de las empresas Full Play Group y Torneos y Competencias y viejos conocidos del fútbol local, están bajo investigación del FBI por su supuesta participación en la red de coimas.

Lea también: Escándalo FIFA: los empresarios Hugo y Mariano Jinkis se entregan en Argentina

Al conocerse los detalles de la red de sobornos, muchos en Argentina dieron por inevitable que el nombre de Julio Grondona se colaría antes o despúes en la investigación de la trama.

Pero por ahora, la AFA sostiene que "no resulta investigada ni ha recibido a la fecha pedido judicial relacionado con la denuncia".

"Yo confío plenamente en él", dice Segura sobre Grondona.

"Hasta el día de hoy no tenemos ni un solo hecho que indique que Grondona pudo haber cometido algún ilícito", explica.

Recambio en el poder

Segura asumió el liderazgo de la Asociación tras la muerte en julio de 2014 de Julio Grondona, el hombre que fue apodado "el dueño de la pelota" en el fútbol argentino por su enorme poder e influencia, dentro y fuera de las canchas.

Con el fallecimiento del padrino del fútbol argentino se abrió un hueco en el poder de una de las organizaciones más influyentes de América Latina.

El actual presidente de la AFA asegura que confía plenamente en la gestión de Grondona.

"No hay grondonismo sin Grondona. El expresidente concentró todo en sí mismo, se fundía la AFA y su persona. Eso con Segura no funciona así", le cuenta a BBC Mundo el periodista Ariel Borenstein, autor del libro "Don Julio".

"Hay una transición en ciernes en la AFA, pero con una suerte de vacío, de crisis", advierte.

Existe en la organización una lucha interna por hacerse con el control, con Segura y su equipo de un lado; y con el empresario y showman Marcelo Tinelli de otro.

El empresario y showman Marcelo Tinelli quiere ser el próximo jefe del fútbol argentino.

Tinelli, quien durante décadas ha dominado los índices de rating en la televisión argentina con sus programas de espectáculos, es también el vicepresidente del club San Lorenzo, conocido en el exterior por ser el club del Papa Francisco.

Es uno de los líderes de opinión más influyentes del país y una foto codiciada para todos los políticos en tiempo de elecciones. Ahora ha puesto a la AFA en su lista de deseos.

Ya es el aspirante favorito para enterrar el grondonismo en las elecciones de marzo a la presidencia de la AFA, a las que se por ahora también quiere presentarse Segura.

Violencia en las canchas

Pero el próximo líder de la AFA no lo tendrá fácil. El organismo no sólo está hoy acuciado por la sombra del grondonismo, por las disputas internas y por las sospechas de los aficionados.

Durante un "superclásico" entre Boca Juniors y River Plate este año se arrojó gas pimienta a los jugadores desde las gradas.

La violencia y el poder de las barras bravas –los fanáticos más radicales de la hinchada de los clubes– siguen siendo el gran flagelo del fútbol argentino.

Más de 110 personas han muerto en el país en incidentes relacionados con este deporte desde el año 2000, según la organización no gubernamental Salvemos Al Fútbol.

Las barras bravas ya no sólo se enfrentan a grupos de equipos rivales, también se atacan dentro de la propia hinchada para hacerse con el negocio que rodea al fútbol.

Sus tentáculos tocan la reventa ilegal de entradas, productos no oficiales de los clubes, los puestos de comida y aparcamientos en calles aledañas a la cancha, entre otros negocios.

En 2013, una nueva tarjeta con información biométrica y datos sobre antecedentes penales de los aficionados, la AFA Plus, se presentaba como una de las grandes propuestas del fútbol para contribuir al fin de la violencia.

Dos años después, el programa de la tarjeta AFA Plus está empantanado, según la asociación del fútbol, por problemas contractuales con la empresa Telecom, encargada de montar los dispositivos de seguridad en los estadios.

La tarjeta AFA Plus para acceder a los estadios sigue sin implementarse.

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, criticó a la Asociación por no implementar el sistema de AFA Plus e incluso planteó intervenir la organización para ocuparse de la seguridad, alegando que en la casa del fútbol argentino "está todo podrido".

En el tema de la violencia "todos estamos fallando, no reconocerlo sería un error", dice Luis Segura.

Ese asunto, dice, "lo debe resolver el estado, la política, la seguridad y el fútbol. La sociedad es violenta, y el fútbol da el marco para ejercer esa violencia. El violento no va al (Teatro) Colón, de pronto va a algún recital, va a los estadios... va donde puede ejercer esa violencia", sostiene.

"Demagogia"

Durante dos años se ha prohibido la entrada de público visitante a los estadios argentinos, por lo que sólo la hinchada local tiene permitido el acceso.

Esa medida no ha frenado las muertes ni las peleas fuera de las canchas.

La crisis en el fútbol argentino no es del todo deportiva.

Y mientras se acercan las elecciones generales de octubre, algunos políticos empiezan a sugerir que quizás se debería abrir la puerta a los espectadores del equipo visitante.

El poder de convocatoria de las barras tienta o amedrenta –según el caso- a dirigentes de clubes, políticos o sindicalistas en un país donde el fútbol permea casi todos los ámbitos de la sociedad.

"No hay un debate, hay medidas demagógicas con sesgo electoral", le dice a BBC Mundo la exjefa de Seguridad del club Independiente, Florencia Arietto.

Argentina no gana un Mundial desde 1986.

"Cuando prohibieron la asistencia de público visitante hace casi dos años ya dije que me parecía una medida sin sentido, para la tribuna. Porque desde hace muchos años la disputa por el negocio de la criminalidad barrabrava es entre facciones, no entre hinchadas distintas", explica.

La derrota de Argentina en la final de la Copa del Mundo de 2014, primero, y sobre todo la de la Copa América de 2015, después, puso en duelo al fútbol argentino.

Pero la crisis ahora va más allá de lo deportivo.

Tanto que a estas alturas los argentinos sólo creen que un milagro en la AFA podría transparentar, remozar y devolver la confianza en una institución, en una religión, con tantos millones de fieles en todo el país.