Los cines de Estados Unidos estrenaron este fin de semana la última entrega de la saga de películas de "Misión Imposible", que impulsada por las buenas críticas ocupó el primer lugar de la lista de las más vistas, con una recaudación de más de US$56 millones.
Se trata del mejor estreno en una década para una película protagonizada por Tom Cruise, cuyos últimos proyectos no habían funcionado en taquilla tan bien como se esperaba.
Como parte de la campaña publicitaria de la película, en las últimas semanas Cruise ha sido entrevistado por numerosos medios nacionales y extranjeros: y ningún periodista le ha preguntado por su pertenencia a la polémica Iglesia de la Cienciología.
Más cuando se trata de las primeras entrevistas que el actor ofrece desde que el pasado mes de abril el canal de televisión estadounidense HBO estrenó el documental "Going Clear: Scientology and the Prison of Belief", basado en el libro del mismo título del ganador del premio Pulitzer Lawrence Wright (publicado en español como "Cienciología: Hollywood y la prisión de la fe").
En el documental, entrevistan a exmiembros de alto rango de la Iglesia, que hablan, entre otras cosas, de la supuesta manipulación a la que se somete a los seguidores de la organización, que en países como Francia es considerada una secta.
También saca a la luz detalles sobre la financiación de la Iglesia y sobre los presuntos abusos físicos y psicológicos que padecen sus miembros.
Además, se asegura que, a petición de Tom Cruise, se interceptó el teléfono de su exesposa, la también actriz Nicole Kidman, quien según la cinta fue investigada por detectives privados antes de que la pareja se divorciara en 2001 al ser considerada "una fuente potencial de problemas".
Según el documental, Cruise también se benefició del trabajo que algunos miembros de la Iglesia se ven obligados a realizar "en condiciones de esclavitud".
Debido a estas duras acusaciones, que según le dijo a BBC Mundo la portavoz la portavoz de la Cienciología Karin Pouw son "totalmente falsas", se esperaba que Cruise, el miembro de más alto perfil de la organización junto a John Travolta, se pronunciara al respecto.
La cuestión es que en ninguna de las entrevistas que ha ofrecido en los últimos días se le ha preguntado sobre este asunto, lo que ha hecho que medios como el diario The Washington Post o la revista The Atlantic se pregunten qué hay detrás de este silencio informativo.
Y el caso que más ha llamado la atención es el del humorista Jon Stewart.
Conocido por sus preguntas incisivas, cuando la semana pasada Stewart entrevistó a Cruise en su programa del canal Comedy Central, en ningún momento sacó a relucir el tema de la pertenencia del actor a la Cienciología.
"Going Clear"
El medio especializado en cine The Wrap aseguró hace unos días en un artículo que los representantes del actor habían prohibido a los periodistas que le hicieran preguntas sobre su vida personal o sobre el documental "Going Clear".
Un portavoz del canal Comedy Central negó que fuera así, diciendo que no les impusieron ninguna restricción sobre las preguntas que le podían hacer a Cruise.
Lo cierto es que en Hollywood es habitual que los representantes de los actores y actrices limiten el tipo de preguntas que se les pueden hacer a estos cuando están promocionando sus películas que pidan dejar fuera los temas que tengan que ver con sus vidas privadas.
En el caso de Cruise, dado que en las últimas décadas se ha dedicado a promocionar públicamente las bondades de la Iglesia de la Cienciología, se esperaba que realizara algún comentario sobre un documental en el que ni él ni la organización salen bien parados.
El que sí habló hace unos meses sobre "Going Clear" fue el actor John Travolta.
"He sido tan feliz con mi experiencia (en la Iglesia) en los últimos 40 años que no tengo nada que decir que pueda aportar algo a un documental tan decididamente negativo", le dijo Travolta en abril al diario The Tampa Bay Times de Florida.
El intérprete aseguró que el documental –que reconoció no haber visto– es el resultado de "gente que quedó muy disgustada con sus experiencias en la Cienciología".
"No he experimentado nada de lo que dice la rumorología, así que ¿por qué voy a decir algo que no me ocurrió a mi? No tendría sentido para mí, ni tampoco para Tom (Cruise), imagino", señaló Travolta.
Un caso reciente de un famoso cuyos representantes han limitado las preguntas que le podían hacer los periodistas ha sido el del humorista Bill Cosby, asusado por una veintena de mujeres de haberlas drogado y para abusar de ellas.
Cuando estalló el escándalo a fines de 2014, los agentes del actor pidieron a los pocos reporteros que pudieron entrevistarlo que no le preguntaran sobre este asunto.
Un periodista de la agencia de noticias AP y otro de la radio pública estadounidense NPR se saltaron el guión.
Entonces, Cosby se negó a realizar ningún comentario sobre las acusaciones.
Fotos: Reuters