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¿Qué ocurre con las prótesis e implantes después de morir?

Cuando uno muere deja varias cosas atrás, entre ellas todo tipo de prótesis e implantes. Sepa lo que pasa con ellos cuando sus portadores fallecen.

24Horas.cl TVN

Viernes 14 de marzo de 2014

En la actualidad, existen un sinfín de prótesis, implantes mamarios y marcapasos. ¿Qué ocurre con todos ellos cuando sus portadores mueren o ya no los necesitan?

Bajo la atenta mirada de los guardias de seguridad del Centro Penitenciario del condado de Metro Davidson, media docena de reclusos libran una batalla mientras desmontan piernas ortopédicas.

Cada una se convierte en un conjunto de tornillos, pernos, conectores, pies y otros componentes.

El taller de la prisión trabaja en colaboración con Standing with Hope, una organización caritativa con sede en Nashville, Tennessee, que recicla implantes prostéticos en desuso para países en desarrollo.

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Las piernas desarmadas son enviadas a Ghana, donde serán reconstruidas por médicos formados en el país, para luego ser colocadas en pacientes que las necesiten.

Estas piernas tendrán una segunda oportunidad, pero otros tipos de prótesis e implantes suelen enfrentarse a un destino diferente.

El qué hacer con implantes humanos cuando éstos ya no son necesarios (usualmente debido a la muerte del portador) es un problema cada vez más común.

La medicina moderna ofrece una batería de piezas de repuesto, desde extremidades completas hasta caderas de metal, hombros y articulaciones.

También se pueden encontrar marcapasos y desfibriladores cardioversores implantables (DICs), además de otros implantes más comunes como son los dentales o los implantes mamarios de silicona.

¿Qué ocurre con dichos implantes cuando alguien muere?

RECICLADO POST-MORTEM

Los dispositivos inertes, como los implantes mamarios y las prótesis de cadera, no son retirados luego de morir. Esto se debe principalmente a que no hay una razón de peso para hacerlo, y además dichos dispositivos no suponen una amenaza para el medio ambiente.

Por lo tanto, es probable que arqueólogos dentro de varios siglos encuentren objetos extraños en las tumbas de los muertos milenarios: bolsas de silicona, dientes de plástico y huesos de metal.

Para la cremación, sin embargo, es una historia diferente. La silicona puede quemarse en un horno, pero no así el metal de los implantes (hechos de titanio o una aleación de cobalto).

Los metales se separan de las cenizas y se eliminan por separado. Incluso pequeñas cantidades de metales preciosos, como empastes de oro, pueden ser descubiertas al examinar las cenizas con un detector de metales.

El metal con el que se fabrican las prótesis de cadera puede ser reciclado luego de la cremación. Algunos metales incluso pueden terminar siendo utilizados en aviones o automóviles.

EN LINGOTES

En los últimos años, distintas empresas han comenzado a involucrarse en el reciclaje de este material.

La compañía holandesa Orthometals, por ejemplo, recolecta 250 toneladas de metal por año, procedentes de cientos de crematorios de Europa.

En su fábrica de Steenbergen, el metal es clasificado y fundido en lingotes para luego ser vendido a la industria automovilística y aeronáutica.

Una compañía estadounidense similar, Implant Recycling, vende metales fundidos y refundidos a la industria médica. Así que, después de morir, un pequeño pedazo nuestro puede terminar algún día en un avión, una turbina de viento o incluso en otra persona.

Por el contrario, a menudo los marcapasos y los DICs son retirados del cuerpo después de la muerte, casi siempre antes de la cremación, ya que las baterías pueden explotar al ser calentadas.

Lo mismo ocurre con los estimuladores de la médula espinal para tratar el dolor, y algunos tipos de bombas internas para la administración de fármacos, ya que también contienen elementos electrónicos.

Luego de ser retirados del cuerpo, los implantes son generalmente descartados.

PARA PAÍSES EN DESARROLLO

Tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos, entre otros, existen normas que impiden la reutilización de implantes de dispositivos médicos. Sin embargo, existe una tendencia creciente a recuperar dichos implantes para su reutilización en países en desarrollo.

A un precio de US$4.000 por marcapaso y US$20.000 cada DIC, el implante de segunda mano es la única forma que tienen millones de personas de costear este equipamiento y salvar sus vidas.

En Reino Unido, la caritativa Pace4Life recolecta marcapasos que aún funcionan de las funerarias, para su reutilización en India.

En la misma línea, la revista Annals of Internal Medicine publicó recientemente los resultados de un programa estadounidense llamado "Project My Heart Your Heart", en el cual se descubrió que 75 pacientes que recibieron DICs de segunda mano no mostraron indicios de infección o mal funcionamiento.

Este grupo se encuentra actualmente esperando la autorización de la FDA para enviar dispositivos cardíacos reciclados al exterior.

SOLO QUEREMOS UNA PIERNA

La ONG Stand with Hope sigue una línea similar enviando implantes prostéticos a Ghana. Su co-fundadora, Gracie Rosenberger, se accidentó gravemente en un accidente de tránsito a los 17 años, un siniestro que le costó ambas piernas.

Como muchos amputados, Gracie adquirió un arsenal de prótesis a lo largo de los años, lo que le hizo cuestionarse si podrían tener un mejor uso.

A medida que los implantes son sustituidos o van quedando chicos, los implantes más antiguos quedan almacenados en el armario. Cuando un amputado fallece, la familia se suele quedar con una colección de prótesis en buen estado que nadie utilizará.

"Las aseguradoras privadas no los quieren de vuelta, ni siquiera creo que Medicare los quiera", explica Peter, el esposo de Rosenberger, quien es el presidente de Standing with Hope.

"Hay muchos tipos de prótesis. Muchísimas de estas cosas son descartadas, por desgracia".

Ahora, amputados y sus familias pueden enviar extremidades viejas por correo a los Rosenberger. En la parte de solicitud de donaciones del sitio de internet de Stand With Hope se puede leer: "No pedimos un brazo y una pierna…sólo una pierna".

El objetivo es superar la marca alcanzada el año pasado cuando se envió un total de 500 prótesis a Ghana.

"El año pasado hicimos una actividad llamada Operación Footloose, y en mi programa de radio solía pasar el tema de la película Footloose y decir "afloja tu pie así lo podemos reciclar"", se ríe Peter.

UN IMPLANTE, UN LEGADO

Al igual que los donantes de órganos, quienes dejan como legado sus implantes médicos pueden despedirse del mundo sabiendo que le están dando una segunda oportunidad a la vida, ya sea a un hombre con un problema cardíaco en India, a una mujer que debe recibir una prótesis de cadera en América, o a un niño al que le falta una extremidad en Ghana.

Y no son sólo los donantes y los que reciben los únicos que se benefician del proceso.

El Centro Penitenciario del condado de Metro Davidson se encuentra a pocos minutos en auto de la casa de Peter, quien cada tanto visita a los reclusos que trabajan desmontando prótesis en el taller.

Mientras conversaban, uno de ellos le comentó a Peter lo que el proyecto de Standing With Hope significaba para él.

"Con lágrimas en los ojos me dijo: "Por primera vez, tengo la oportunidad de hacer algo positivo con mis propias manos. Nunca había hecho algo positivo con mis manos"", recuerda Peter. "¿Acaso eso no es gratificante?"