Click acá para ir directamente al contenido

Sedar a los bebés en vuelos largos ¿opción o abuso?

Para algunos padres, viajar con sus niños puede convertirse en una pesadilla para ellos y para el avión. Algunos optan por darles un antialérgicos para dormirlos. Los médicos alertan.

24Horas.cl TVN

Miércoles 3 de abril de 2013

Regan Morris BBC

Cada padre tiene su truco para evitar que sus niños lloren en pleno vuelo.

Ante vuelos largos, algunos padres optan por darles medicinas a sus niños para hacerlos dormir. Pero ¿es una medida segura o un abuso del poder paternal?

Mientras volaba de Miami a Los Ángeles, los pasajeros estaban impresionados con tres niños que durmieron la mayor parte del viaje y jugaron silenciosamente el resto del tiempo.

"Qué dulce y qué buen comportamiento", comentaron algunos pasajeros.

Pero la mujer que estaba sentada a mi lado tenía sus sospechas de la "ejemplar" situación.

"Yo creo que ella los sedó", me susurró mientras veía a la madre de los pequeños, quienes dormían mientras ella veía una película.

Los padres que, en vuelos largos, les dan a sus bebés medicinas formuladas para combatir alergias y tos señalan que esos fármacos ayudan a los niños a dormir en aviones que están repletos y también contribuyen a reducir los efectos del desfase horario propio de recorridos largos.

Debate

Las esperas, los retrasos y los cambios de aviones son incompatibles con las necesidades de los bebés.

Se trata de un tema que polariza a los padres. En muchos casos el debate puede tomar un tono bastante desagradable.

En el sitio web Urban Baby, que le permite a los usuarios publicar opiniones sin necesidad de identificarse, la discusión fue intensa.

"Droga a tu engendro, por favor. Por el amor a DIOS, anestesia a esa pequeña bestia".

"¿Realmente la gente hace eso? Eso me parece algo un poco extremo. Sólo trata de mantenerlo ocupado".

"Sicópatas que toman pastillas todo el tiempo, también drogarían a sus hijos. Gente normal nunca haría eso".

La Academia Estadounidense de Pediatría indica que nunca recomienda que los niños sean sedados durante viajes largos. Sin embargo, muchos padres aseguran que sus pediatras les sugieren, aunque de forma discreta, que se use un poco de un antialérgico durante un vuelo.

Pero, hacerlo tiene riesgos.

Peligros

"No es una buena idea", dijo el doctor Daniel Frattarelli, director del comité de fármacos de la Academia Estadounidense de Pediatría.

"Cuando usas Benadryl con la intención de sedar, estás apelando a sus efectos secundarios más que a su efecto terapéutico. Puede ser peligroso, especialmente en niños menores de dos años. Hay niños que han muerto por esa razón".

Benadryl, o la difenhidramina, tiende a concentrarse en el líquido que rodea el cerebro de los niños y puede provocar resultados impredecibles en lactantes y bebés, indicó el experto.

"El último lugar en el que quieres que algo salga mal es mientras el avión está volando", dijo Frattarelli.

Pero los padres quienes han usado antialérgicos para ayudar a sus hijos a dormir en el avión, confían en esas sustancias, aunque bajan la voz cuando lo admiten.

Una madre de dos niños, que pidió no ser identificada, usó la medicina Phenergan para tranquilizar a los niños en un vuelo entre Australia y Estados Unidos.

Se trata de un medicamento que puede ser comprado sin prescripción y que está formulado para alergias y mareos.

La mujer dijo que las primeras ocho horas habían sido una "agonía" y que usó el medicamento como el último recurso para ayudar a su hija de tres años a dormir.

"De hecho, tiene indicaciones de uso para viajes", señaló.

"Zombi"

Entre algunos padres, el uso de fármacos para adormecer a los niños mientras viajan en avión es la última opción.

Un padre de Nueva Zelanda, cuyos hijos (de 2 y 5 años) viajan con frecuencia en vuelos de 10 a 12 horas, indicó que ha usado antihistamínicos para ayudar a su hijo a dormir y que el doctor le había recomendado hacerlo.

"Le dimos una dosis segura de una medicina para niños, cuyo efecto secundario era somnolencia", indicó.

"Sólo usamos la dosis sugerida para su peso. Lo dejamos de hacer porque nuestros niños viajan bien".

Pero Ben Adair, quien tiene dos niños y vive en Los Ángeles, no tuvo una experiencia positiva la única vez que usó un antialérgico en un viaje.

"Nuestro hijo de cuatro años no se estaba sintiendo bien. Por eso le dimos un poco de Benadryl para ayudarlo a dormir entre un par de vuelos", indicó. "Pero en cambio de dormir, se transformó en un bebé zombi, estaba atontado. Se encontraba entre dormido y despierto, se le veía totalmente abatido".

"Eso me hizo sentir terriblemente mal. Por eso, no lo volveré a hacer".

Sorpresas en el aire

Jo Andrews, una madre británica de tres niños que vive en Dubái, toma alrededor de tres vuelos largos al año con sus hijos.

Su estrategia es comprarles juguetes nuevos para que los abran en el avión y lleva en su equipaje de mano meriendas y libros con calcomanías para mantenerlos entretenidos.

"Yo nunca drogaría a mis niños en un vuelo", indicó. "Sólo imagine que se presenta una emergencia en pleno vuelo".

"Ellos confían en sus padres incondicionalmente y creen firmemente cuando uno les dice lo que es bueno y lo que es malo. Consumir medicinas sin ninguna necesidad es incorrecto".

La pediatra de mis hijos, la doctora Noosha Shaheedy, me dijo que los padres preguntan con frecuencia sobre si sedar a los bebés en vuelos largos.

Ella se opone a hacerlo. Pero sabe que los padres dejan a un lado su recomendación. Por eso los exhorta a que sean muy cuidadosos con las dosis y que nunca les den a los niños un medicamento por primera vez en el avión o poco antes de abordar. Pues la reacción que provocará en el infante es impredecible.

Guerra

Para algunos padres, el debate sobre si usar medicinas en bebés viajeros podría formar parte de los desafíos de la vida moderna. Sin embargo, por generaciones, padres han sedado a sus hijos para tranquilizarlos en circunstancias más graves y traumatizantes.

De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, refugiados sirios que han huido de la violencia en su país en los últimos meses han tenido que sedar a sus niños para tranquilizarlos.

Algunos refugiados que huyeron de los combates en Laos en la década de los años setenta les dieron a sus bebés opio para dormirlos durante los viajes.

"Cuando las familias tuvieron que escapar de países comunistas a través de zonas selváticas o cruzando el río Mekong, el llanto de un niño pudo significar la muerte – a tiros - del grupo entero de viajeros", indicó Leilani Chan, una actriz y escritora que recorre Estados Unidos junto a la Nación del Refugiado, una obra que creó junto a su pareja Ova Saopeng, un refugiado de Laos.

"Muchos sedaron a sus bebés con un toque de opio. Con frecuencia oímos estas historias con una sonrisa, pues nos las cuentan madres y padres refugiados cuyos hijos sobrevivieron el escape. Pero en realidad, muchos niños murieron de sobredosis accidental".

Chan y Saopeng tienen un hijo pequeño que nunca han medicado para viajar en avión.

"No uso ningún fármaco y le permito a mi bebé recorrer los pasillos y saludar a los pasajeros. Considero que es mejor que esté fastidiando a la gente que tenerlo en su silla gritando", escribió en un correo electrónico.

"Me consuelo con esa perspectiva: molestar a los pasajeros es una tontería si se compara con otras cosas".