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Emocionante discurso del Papa Francisco ante reclusas: "Nadie puede ser privado de la dignidad"

El sumo pontífice visitó el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, donde ante cientos de mujeres presas recalcó que "la reinserción tiene que ser el sueño de ustedes. La sociedad tiene la obligación de reinsertarlas a todas".

24Horas.cl TVN

Miércoles 31 de diciembre de 1969

En su visita al Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, el Papa Francisco emitió un conmovedor discurso ante autoridades encabezadas por la Presidenta Michelle Bachelet y las más de 400 reclusas presentes que quisieron participar en el acto.

Agradeciendo en primer lugar "la oportunidad que me dan para visitarlas", el sumo pontífice recalcó que las mujeres privadas de libertad no pueden perder su "dignidad" y les pidió que su máximo anhelo debe ser la reinserción social.

El líder de la Iglesia Católica valoró también las palabras de Janet, una reclusa que minutos antes leyó un texto donde ofreció perdón a la sociedad a nombre de sus compañeras por los delitos cometidos: "Gracias Janet por animarte a compartir con todos nosotros tus dolores y ese valiente pedido de perdón. Cuánto tenemos que aprender de la actitud tuya. Gracias por recordarnos esa actitud. Todos tenemos que pedir perdón, eso nos humaniza. Nos podemos equivocar, y cada día estamos invitados a volver a empezar de una u otra manera".

 

Más tarde, el Papa profundizó que "ser privado de libertad no es sinónimo de perder sueños y esperanzas. No quiere decir dejar de soñar. Ser privado de la libertad no es lo mismo que privado de la dignidad, la dignidad no se toca a nadie, se cuida, se custodia, se acaricia. Nadie puede ser privado de la dignidad".

En la línea de la importancia de reinsertarse en la sociedad, el jefe del Vaticano explicó que "es necesario luchar contra toda etiqueta que diga que no se puede cambiar. No es como ese tango argentino que dice 'dale que va, que todo es igual que allá en el horno nos vamos a encontrar'. No es todo lo mismo. Cada esfuerzo que se haga por luchar por un mañana mejor, siempre dará fruto y será recompensado".

También tuvo palabras para dirigirse a la reclusas que son madres, señalando que los hijos "son la fuerza, la esperanza, son el recuerdo vivo de que la vida se construye para adelante, y no hacia atrás. Una condena sin futuro no es una condena humana, es una tortura".

Por último, afirmó que "el sueño de ustedes debe ser la reinserción. La sociedad tiene la obligacón de reinsertarlas a todas", y dirigió un mensaje a todas las personas que hacen el bien, sin distinguir entre creyentes y ateos: "Qué bueno que haya cristianos, que haya personas de buena voluntad, que haya personas de cualquier creencia, de cualquier opción religiosa o no religiosa, pero de buena voluntad que sigan la huella de Jesús".