El vocero de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, se refirió al respaldo expresado por el Papa Francisco durante esta jornada al obispo de Osorno, Juan Barros.
Claret explicó que en 2015 se reunió con el cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien se mostró bastante preocupado por la situación de Juan Barros en la ciudad ubicada al sur del país. "Cómo va a ser falso si están las cartas donde los jóvenes piden que Barros no les de los sacramentos, cómo va a ser inventado que 30 de los 33 sacerdotes de la Diócesis de Osorno hayan firmado una carta para que Barros no asuma (...) ¿acaso lo que siente el pueblo de Dios, que la misma Iglesia señala que es la inmensa mayoría, que el servicio tiene que estar consagrado, acaso esa realidad no les incumbe porque sólo les importa lo que digan los obispos?", acotó.
"Lo que dice el Papa hoy no innova en la realidad que vivimos en Osorno porque desde el 2015 sabemos que el papa lo apoya. Lo grave está en que el Papa se equivoca en algo concreto que es señalar que no hay pruebas y personas que están levantando calumnias (...) que el Papa venga a relativizar el valor, el peso específico de cada testimonio es un problema del Papa", afirmó.
Añadió que tras la carta del Papa firmada en 2015, en la que mostró su preocupación por la designación de Barros, "cuesta entender su postura porque, por una parte, lo saca por un hecho grave, pero dice que no hay ninguna prueba y trata de mentirosos a quienes los Tribunales de Justicia y del Vaticano encontraron la razón. Cuesta entender la postura del Papa y eso evidencia que no tiene voluntad en una tolerancia cero en materia de abusos", precisó.
En esa línea, acotó que hay que generar un espacio en la Iglesia para que el testimonio de las víctimas sea creído y hay que seguir denunciando. "La comunidad que a mí me parió en Osorno es muy lejana a las intrigas vaticanas, el problema es que son estas intrigas vaticanas las que nos impiden hacer la pega tranquila (...) el Papa Francisco ha sido sumamente contradictorio y ha faltado una voluntad real de tolerancia cero en materia de abusos", precisó.
Además, sostuvo que "la visita del Papa va a pasar a la historia no como una gran reforma de la Iglesia, sino como una visita en la que desaprovechó todas las oportunidades de ser coherente con el supuesto arrepentimiento que manifiesta en La Moneda y, en segundo lugar, por una visita en que el Papa se ríe de las víctimas y se junta con los victimarios", afirmó.
Claret enfatizó que la visita del Sumo Pontífice tendrá una particularidad: "Chile va a tener menos católicos ahora que el Papa se fue que antes que llegara, porque en la plataforma de estos tres días quedó de manifiesto no sólo la jerarquía de la Iglesia de Chile, sino que particularmente la del Papa en esta materia".