El provincial de Jesuitas en Chile, padre Cristián del Campo, reveló detalles del encuentro íntimo sostenido con sacerdotes en la compañía en el Santuario del Padre Hurtado, reunión que se extendió por cerca de 40 minutos.

El sacerdote detalló que en la reunión hubo muchos jesuitas con los que él compartió en 1967, por lo que dio a conocer algunas anécdotas y chistes de aquella época para distender el encuentro.

Además, precisó que le entregaron dos regalos a la máxima autoridad de la Iglesia Católica, ofreciéndole una cruz del Padre Hurtado y un libro que marca los hitos de Bergoglio.

Sumado a ello, señaló que no tocaron el tema de la presencia del obispo Juan Barros en las actividades oficiales del Sumo Pontífice, ni tampoco una posible renuncia. "Creo que ese tema es muy complejo para la Iglesia hoy y que a propósito de la visita de Francisco, vuelve a explotar. Es un tema que creo que tenemos que aprovechar la visita del Papa, escuchar lo que nos tiene que decir y tratarlo como gente adulta", afirmó.

"El Papa Francisco conoce perfectamente al obispo de Osorno y a los obispos de Chile. Es una decisión que está en el mismo obispo Barros, no creo que sea éste el momento de pedirle a nadie la renuncia, pero evidentemente que es un tema complejo y que tenemos que expresar nuestras opiniones con cariño a la Iglesia", acotó.

En esa línea, reconoció que "situaciones dolorosas que la iglesia tiene, empañan lo central que es la visita del Papa", afirmó.

Además, respecto a la instancia sostuvo que fue una conversación distendida de alguien que vuelve a un país que lo acogió hace años. "No era una conversación protocolar ni una cosa demasiado preparada, se dio que le hicimos unas preguntas que habíamos discutido, siendo una conversación muy franca y de compañeros. Esa conversación será transcrita y comunicada".