Fueron miles las personas que acompañaron a la familia de Patricio Aylwin por las calles de Santiago.
Fue la primera despedida de un pueblo que agradeció fundamentalmente su trabajo como primer presidente post Dictadura.
Junto a los homenajes oficiales, las calles se colmaron de ciudadanos de todas las edades y grupos para despedirlo, ya que el fallecido mandatario se ganó el respeto de todos los chilenos.