Sin dar declaraciones se retiraron del anexo Capitán Yáber las esposas de los controladores del Grupo Penta, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, quienes se encuentran cumpliendo la prisión preventiva en ese recinto penitenciario.
María de la luz Chadwick y Verónica Méndez Ureta llegaron cerca de las 8.00 horas al anexo con cinco bolsas de supermercado y una maleta con ropa.
En ningún momento dieron declaraciones pese a la insistencia de la prensa que llegó al lugar, donde además se encuentran otros cuatro imputados por el Caso Penta.
Quien sí habló fue el abogado defensor de ambos, Julián López, señalando que "están bien, están tranquilos, y muy confiados en el desarrollo del proceso".
Por su parte, el abogado Sergio Rodríguez, quien representa a Iván Álvarez, se refirió a la apelación a la medida cautelar.
"No me ha llegado ninguna resolución acerca de la admisibilidad de los recursos de apelación, pero me parece que el tribunal va a esperar que venza el plazo de quinto día, para que todas las partes recurran y luego elevar los antecedentes al tribunal superior", dijo Rodríguez.
Un amigo Délano también llegó a visitarlo, quien aseguró que "si lo medimos, una persona que vale 100 está afectada por uno. Hay un desequilibrio aquí, 99 por ciento a favor y uno en contra y ese uno lo tiene preso", dijo la persona que prefirió no identificarse.
Y agregó: "Es injusto que esté en un proceso que es tremendamente doloroso para él y su familia, pero que esté preso es injusto, no veo que sea ningún peligro para nadie, un tipo que ha hecho infinitas cosas por Chile y por sus conciudadanos".
Por su parte, el arquitecto Cristián Boza, amigos de ambos controladores, señaló que la prisión preventiva es "una medida exagerada, pero es la ley, y me tengo que basar en lo que la ley indica, porque la ley es la ley, porque así se respetan las instituciones y los países tornan a ser más democráticos que nunca".