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Lagos sobre Argentina

El ex presidente recordó el golpe de Estado de Videla, la destacada labor de Alfonsín y la "crisis del gas" con Néstor Kirchner.

24horas.cl Tvn

Domingo 2 de diciembre de 2012

El ex presidente Ricardo Lagos concedió una entrevista al diario Clarín con motivo de su participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde se encontraba presentando su libro de memorias "Así lo vivimos".

Para el rotativo transandino rememoró su estancia a principios de los años 70 en Buenos Aires como funcionario internacional. Allí "me tocó presenciar el golpe de Estado de Videla". Al ser preguntado sobre cómo lo vivió, su respuesta fue: "Como el nuestro, pero con un acento porteño".

Así explica el ex mandatario su curiosa respuesta: "Yo estaba en mi escritorio, en la calle Callao, y veo venir los tanques, bajando hacia la Casa Rosada, ¡y los tanques paraban en la luz roja de los semáforos! Un día antes, el diario de la tarde, La Razón, había publicado en su portada este titular: 'Está todo dicho. Mañana hablan las armas'. Y aparecían todos los parlamentarios sacando todas sus pertenencias y papeles del Congreso. Un golpe insólito, más insólito imposible. El día del golpe, prendo la radio, sólo hay bandos militares, toque de queda, todos en cadena nacional. Luego apareció un bando militar: 'Se suspende entre la una y las tres de la tarde la prohibición de informar para que el público pueda ver el partido de Argentina contra Polonia preparatorio para el Mundial'. El toque porteño al golpe de Estado".

Lagos también rememoró sus numerosas conversaciones con el general Carlos Prats antes de ser asesinado por agentes del régimen de Pinochet.

"Me encontré con él. Sabía que lo perseguían para matarlo. 'Pero, qué iba a hacer', me dijo. Él no podía viajar con otro pasaporte que no fuera el chileno, y le habían negado ese documento. De modo que, aunque se sentía directamente amenazado, tenía que seguir en Buenos Aires. Él sabía que era una ratonera, que es lo que al final sufrió, lo mataron…", recordó.

Tras los "años de plomo" y tras el "tremendo error de los militares al invadir Malvinas para recuperarlas", llegó la restauración de la democracia, con Raúl Alfonsín al frente de la nueva época.

En opinión de Lagos, "para nosotros Alfonsín no fue baladí. En primer lugar, fue alguien que habló a favor de la oposición en Chile. Cuando yo estaba preso, se pronunció a favor de mi libertad en un discurso público. Pero también fue muy importante en una gestión decisiva: explicar a los amigos cubanos que la vía de introducción de armas y de armar un ejército paralelo para derrotar militarmente a Pinochet no era viable. Y en ese sentido, después del atentado contra Pinochet, que fracasó igual que fracasó el intento de llegar a la lucha armada, ya los amigos cubanos pensaron que había que darle oportunidad al intento de derrotar a Pinochet por la vía del plebiscito".

Por último, el líder socialista se refiere a un pasaje de "nuestra historia con Argentina (...) que no llego a contar en el libro".

Se refiere a "la crisis del gas" que le enfrentó al gobierno de Néstor Kirchner. Según su recuento, su homólogo transandino le aseguró que "no era viable enviarnos más gas del que nos estaban mandando, y yo le dije: 'Néstor, me niego a que las relaciones de Chile con Argentina sean relaciones gasificadas'. Y le expliqué que el día que mi asistenta María me dijera que no podía prepararme el desayuno porque no había gas en la casa, entonces ya se habría saltado la línea roja".

En declaraciones a Clarín, Lagos indicó que "si fallaba el consumo domiciliario creaba una catástrofe en nuestro país. Entonces, Néstor, le dije, la línea roja es el gas que llega a las casas, un determinado número de millones de unidades. Y nunca me fallaron esas unidades para cocinar en las casas".