Leyla Fuentes quiso unir su profesión con lo que realmente es su vocación, convirtiendo desechos de plástico, caucho, papel y otros materiales que se convierten en joyas únicas, iniciando su emprendimiento llamado "13 Ciervos".
Según cuenta, alguna vez tuvo que hacer un regalo que fuera único y especial, por lo que decidió fabricar algo con sus manos, siendo la primera vez que hacía collares con desechos.
"A mí se me ocurrió hacer un par de collares de papel, y se los llevaron y les gustaron. Además yo lo subí a mis redes y todo el mundo me empezó a preguntar, y dije 'a lo mejor hay algo acá', por lo que empecé a hacer cosas con materiales reciclados", contó a 24 Horas.
En Chile cada persona genera un kilo de basura al día. Más de ocho millones de toneladas de desechos llegan diariamente a los vertederos, convirtiéndonos en uno de los países de la OCDE que tiene los índices más bajos de reciclaje, cifras que Leyla bien conoce porque ella es ingeniera en medio ambiente de profesión, pero también ama las manualidades y quiere aportar al planeta haciendo lo que le gusta.
Cada accesorio requiere un trabajo lento, y hasta ocho horas podría demorarse en hacer solo una pieza. A Leyla le había ido bien hasta antes del estallido social, donde incluso tenía sus productos en cuatro tiendas de Santiago, y también en Isla de Pascua, pero la pandemia no ha dejado que dichos lugares puedan volver a abrir las puertas hasta hoy.
"Esto es súper fuerte, porque puedes perder las ganas, las inversiones, entonces es súper desesperanzador. Es ahí donde uno se pregunta, Sigo con todo y le pongo todo el corazón o simplemente abandono y me busco otra opción", sostuvo Leyla.
Por ello enfocó todas sus ganas y esfuerzos en que su negocio saliera adelante, potenciando sus redes sociales, buscando apoyo en otros emprendedores que les hacen los despachos por ejemplo, y sigue creando sus productos con un objetivo especial el cual es "mostrar que es importante detenerse a pensar y tener un consumo responsable".
A pesar de lo difícil que han sido los últimos meses Leyla sigue confeccionando estos ejemplares que buscan ser el complemento perfecto de quienes buscan un accesorio con un valor agregado; aportar al medioambiente, ayudar a reducir en algo la basura que generamos, pero sin perder la elegancia y la singularidad de una joya hecha a mano.