Es conocido como el "gerente espiritual", Marcelo Cicali, el dueño del bar restaurante "Liguria" y propulsor de la corporación "Pebre", es un empresario poco tradicional.
El hombre que inauguró en 1990, uno de los bares más famosos de Santiago y que anualmente vende entre 10 y 12 millones de dólares, tiene ganas de tener más competencia. Que existan más bares y restaurantes que rescaten la comida tradicional chilena.
Cicali cuenta que se embarcó en el proyecto del Liguria porque lo habían echado de la universidad y tras varios tipos de decepciones, sobre todo con la política.
En los noventa, el gerente espiritual "no creía en la democracia fundada por Pinochet y tampoco en la transición con los personajes que la hicieron". Dice que su bar vino a cambiar la trinchera política, en tiempos marcados por toques de queda. "Detrás de la barra nacen las nuevas armas".
Este amante de la comida tradicional, cree que el éxito de su local se debe, a que desde la verdad y el amor a la cocina chilena, el Liguria genera un espacio acogedor.
"Partimos vendiendo conejos, arrollados y lengua. Han pasado 23 años,y siguen en la carta. Todos los días cambiamos, pero la esencia es la misma.Tiene que ver con la territorialidad, con la temporalidad de los alimentos ytambién de las personas".
Cicali sueña con que en Chile hayan más bares, panaderías, barrios, fruterías, que hayan más Ligurias y que desaparezcan los mall. Impulsa a los chilenos a volver a las tradiciones, no dejarse envolver por elmercado que "quiere mandar en todo y que transforma a nuestra comida se transforma en comodities".
"Tieneque haber diversidad, no podemos ser los mismos, yo no quiero crecer más. Crezcamoscomo sector, como industria. La idea mía no es franquisiar, no es el desarrollode la marca, sino el desarrollo de un espíritu que quieren contagiar , tal comola corporación que acaba de abrir: Pebre", sentencia Cicali.