En el año 2005, los intergantes de La Ley deciden tomarse un receso. Desde ese año en adelante, no volverían a reagruparse.
Así, nace el Beto Cuevas solista. Para uno de los artistas más respetados de la escena musical chilena, definir su carrera como una "en desarrollo" demuestra la humildad y apertura a la crítica con que realiza su trabajo.
Cuevas ya tiene a su haber dos discos -"Miedo escénico" (2008) y "Transformación" (2012)- e, incluso, un libro -"El arte de ser Beto Cuevas" (2012). Sin embargo, para el ex vocalista de La Ley, no todo ha sido miel sobre hojuelas.
"Disfruté ser un rockstar y no me refiero a las drogas y al alcohol (...). Las cosas que son tristes, viéndolas desde la perspectiva del tiempo, son buenas", sostiene. No obstante, agrega que ahora "me siento una persona mucho más sólida".
Beto Cuevas tiene la particularidad de no ser sólo un músico. Sus áreas de interés en el arte dialogan con la pintura y el diseño gráfico. "Artísticamente, soy una persona muy inquieta", asegura.
"Me conecto con cualquier cosa que tenga que ver con la creación", añade.
Por eso, su opinión sobre el momento que vive la generación actual de músicos chilenos reviste un cariz especial.
"Creo que la generación de músicos chilenos de hoy es la que la está llevando en Latinoamérica", afirma.
En entrevista con Manuel Maira, Cuevas contesta si, acaso, La Ley podría volver a reunirse.
Además, en Sesiones 24, interpreta dos temas de su último disco -"Quiero creer" y "Goodbye"- más una sorpresa...