Muchos observan con admiración la labor desempeñada por bomberos, sobre todo en el actual escenario que vive el país, donde se pudo ver de primera fuente cómo logran concretar una actividad llena de vocación pero ¿por qué los bomberos no quieren que les paguen?
Frente a la disyuntiva llega rápidamente la comparación con otros países donde la labor de bomberos está remunerada total o parcialmente, pero en Chile el servicio se realiza en base a voluntariado y dicha arista posee razones.
De profesionalizar el oficio de bombero y dejarlo por ejemplo en manos del Estado, podrían darse situaciones viciosas ante crisis económicas, disminuyendo el número de trabajadores creando desempleo, por lo que se hace necesario compatibilizar la actividad con otra situación laboral.
Al comparar la situación de bomberos chilenos con otros países, el escenario nacional al contar con voluntarios, abarca un gran número de efectivos al momento de enfrentar una emergencia y no como en otros estados donde se trabaja en base a turnos, limitando el número de efectivos ante catástrofes.
En base a esta misma idea, para Alonso Segeur el sistema chileno "es el adecuado y permite responder de manera adecuada" y se puede evidenciar porque "el servicio tiene una respuesta más rápida, nivel de equipamiento mejor, un nivel de capacitación mejor" sin una instancia de remuneración como otros países de la región.
En esta nueva edición de Vía Pública, Juan Manuel Astorga completa el debate junto a:
Rodrigo Reveco, experto en riesgo internacional, rescatista y especialista IMO ONU.
Alonso Segeur, encargado de gestión Academia Nacional de Bomberos.