En febrero del 2007 Ricardo Lagos ponía en marcha un ambicioso proyecto que revolucionaría el sistema de transporte público, dejando atrás las tradicionales micros amarillas y sus recorridos.
Pero no todo resultó como las autoridades esperaban, ya que los problemas de frecuencia y desconocimiento de las personas, crearon un caos al inicio del proyecto.
Pese a las campañas con rostros y la información que se entregaba en las calles el panorama no mejoraba. Paraderos atochados y micros con personas colgando en las puertas era una constante al comienzo del año 2007.
Dos años después en el gobierno de Michelle Bachelet, las molestia de los usuarios aún eran evidente, reclamando que el cambio al nuevo sistema, los perjudicaba.
A siete años de su puesta en marcha el Transantiago, el director de Transporte Público Metropolitano, Patricio Pérez, en esta jornada presentó una cuenta pública, haciéndose énfasis en mejorar la calidad del servicio a los usuarios.
Mejoró la frecuencia de los recorridos, alcanzando un promedio de 96,4%, 10 puntos por sobre lo registrado en 2009, e ingresaron más de 2.500 nuevas máquinas que reúnen mejores estándares de comodidad y seguridad.
Las mejoras que propuso Patricio Pérez se centran en la disminución en el tiempo de los viajes, eliminando el número de transbordos. Otro tema importante es la evasión ya que ha sido uno de los principales problemas para los operadores y buscará ser solucionado a través de más zonas pagas en la ciudad.
Para conversar sobre los mejoramientos experimentados y falencias que aún persisten en el Transantiago, un comité de expertos debate en Vía Pública.
Louis de Grange Experto en transporte
Francisco Fresard Ingeniero civil en transporte
Juan Cristóbal Palacios Gerente General Alto evasión