Inseparables en vida y juntos para siempre. Así se resume la historia de Manuel Illanes y su perrito Canito, en la ciudad de Angol, quienes crearon un vinculo único por 14 años y que la muerte no fue impedimento para separarse.
Inesperadamente, cuando a Illanes fue declarado por insuficiencia renal la mascota también enfermó. "comenzó a hincharse, tenía retención de líquidos y cuando mi papá cayó al hospital comenzó a empeorar"; dijo su hija Jeanette al medio Malleco 7.
"Cuando yo me muera, tú tienes que irte conmigo", decía el hombre a su mascota durante sus respectivos tratamientos.
Y pasaron solo algunos meses cuando Manuel murió.
"Nos dieron dos días para velarlo y sepultarlo. El perrito sabía, lo esperaba, daba vueltas ahí afuera, iba y venía de un lado a otro, muy inquieto y triste. Al segundo día fui a la iglesia, al velatorio y cuando volví estaba muerto. Cayó al lado de la reja que da a la calle"; relata Jeanette.
Fue así como conversaron con la administración del cementerio para pedir que fueran enterrados juntos. Y recibieron una respuesta positiva pero siempre que la mascota tuviera su propio ataúd.
"Durante el responso en la Iglesia San Francisco, la gente miraba la cajita que descansaba a los pies de mi papá", agregó Jeanette. Y confirmó al medio local que "fueron sepultados juntos. conociendo sus respectivos cielos".