Una leyenda japonesa fue la inspiración para los sesenta y dos niños que asisten a la Escuela de trastornos de la Educación Alacer. Bajo el lema “Mil grullas por un sueño”, se propusieron crear junto a sus familias y a los profesores grullas con la técnica origami. Su sueño: lograr la inclusión educativa y equidad en las oportunidades.
Reciclaron papel de revistas y comenzaron a trabajar hace dos meses. El resultado, una intervención urbana que llamó la atención de los transeúntes.
Para los padres fue una experiencia muy importante que logró incentivar a los niños justo en la celebración de la semana de la Educación Especial.
El objetivo era construir mil grullas, pero el entusiasmo los llevó a confeccionar más de dos mil. Un trabajo inspirado en la leyenda de Sadako Sasaki, una niña nipona que soñaba con sanarse de una enfermedad terminal construyendo mil grullas que debían ayudarle a cumplir su sueño.