Es temprano, aún no sale el sol y los 620 alumnos de la escuela Hernando de Magallanes llegan a su segunda casa. Un establecimiento modelo. Con la tecnología esperan mejorar sus resultados, ya han avanzado en integración. Aquí ya los alumnos han dado pruebas online. La idea es que estos equipos sean una herramienta de entretención, pero sin perder el foco educativo. Y es que innegablemente la tecnología motiva a los alumnos. Es el diagnóstico que hace Andrea. Madre de Krisnha, estudiante de quinto básico que tiene algunos problemas motrices y auditivos. Piedras en el camino que en la escuela del futuro ha superado con un software. Aprende, mejora sus movimientos. Ecuación perfecta que se logra con este programa computacional. Cuando todo esté operando el sueño de decir adiós a los lápices, a la lista, a los libros se transformará en una realidad. Avances que empujan y motivan a estas mentes que se preparan para el mañana en la escuela del futuro.