En Magallanes cada nido puede llegar a albergar cerca de 6 mil ejemplares. Su color es llamativo, claro que más grande es el dolor que provoca en quienes son picados o mordidos por este insecto. Es la avispa chaqueta amarilla.
Alumnas del Colegio Charles Darwin tuvieron una idea: estudiar las avispas para una feria científica.
Así comenzaron a ver cómo podían evitar su propagación en la época estival. Recibieron la ayuda del SAG y construyeron estas trampas.
Y si quiere evitar que las avispas lleguen de forma masiva a su casa en verano esta es la clave. Eso sí, también esta es la fecha ideal. Cuando ya aparecen en masa en enero y febrero poner una trampa no tiene sentido.
En verano se pueden capturar obreras, o sea ya no hay un impacto en el nido. Las consecuencias de una picadura o mordedura pueden ser graves en un segmento pequeño de la población.
Ellas ya aprendieron y propagan el mensaje. Si no quiere ver a estas avispas propagarse de forma masiva en el patio de su casa, este es el momento de adelantarse a su llegada.