A sólo unos minutos de Punta Arenas la invitación es a tener un encuentro con la historia de la ciudad y la Patagonia. Un Ford T de 1920 y este carruaje de 1867 nos reciben en la Estancia Río de los Ciervos.
Un museo, maquetas. Entretención y cultura antes de lo más esperado.
Más de tres horas de trabajo en las brasas, mucho cuidado y experiencia en esta parrilla. Es el característico cordero magallánico. Imitado dicen, nunca igualado.
Y después de la espera viene la mejor parte de esta ruta. Este grupo de amigos llegó desde Puerto Varas, habían probado el cordero. No hay duda dicen, acá en la Patagonia es distinto.
Una casa típica, una Estancia Patagónica. En este ambiente los turistas llegan a disfrutar de este plato. Un sabor único, cordero a las brasas que se puede disfrutar no solo en verano. Esta es una alternativa que recibe a los turistas durante los doce meses.
Gastronomía, historia de la Patagonia, una opción para quienes llegan a Magallanes. Una cita con el sabor inigualable de la carne de cordero que cautiva en el extremo sur de Chile.