Son cada día más los que se suman a la familia del ciclismo en Magallanes. Desafían el viento, el frío y hasta la escarcha. Familias, grupos de amigos y gente que se conoció en el camino. Así se aventuraron a darle la bienvenida al invierno.
Desde el centro de la ciudad y hasta la casa abandonada de Guairabo, al sur de Punta Arenas, lugar que esta vez fue el punto de encuentro para comenzar el regreso.
Una entretenida y saludable forma de decirle, bienvenido invierno.