En una competencia sin precedente en la región, 52 autos fueron parte de la primera versión del Rally del Estrecho. Nuestros paisajes, de inagotable belleza, el escenario para que estos modelitos se luzcan.
No ganaba el más veloz, sino quien tuviera mayor regularidad, en una competencia que en promedio no debían superar los 70 kilómetros por hora.
Fue la ocasión para que muchos tuercas, fuera de la competencia regular, volvieran a vestirse de piloto, esta vez, coqueteando de cerca con el Estrecho de Magallanes.
Autos que llegaron desde Argentina y aquellos que fueron preparados para la ocasión, se robaron las miradas de los espectadores, que acompañaron el recorrido hasta el Centro Geográfico de Chile, en el kilómetro 56 Sur.
Finalmente, los automóviles pudieron ser apreciados en la costanera de la ciudad, por toda la afición tuerca.