1.320 familias habitaban el complejo Villa Futuro en Chiguayante desde 1997; sin embargo, la catástrofe del 27 de febrero del 2010 dejó sus departamentos prácticamente inhabitables. Situación que obligó al gobierno a buscar una solución para los vecinos.
Después de meses de conflicto, donde incluso un grupo de personas decidió realizar una huelga de hambre oponiéndose a la expropiación, a principio de octubre comenzó la primera etapa de demolición de ocho edificios. Un proceso que tiene un costo que asciende a cerca de $142 millones.
Se espera que en marzo del 2013 empiece la entrega de las soluciones habitacionales a 470 familias, mientras que el resto optó por cobrar el dinero y elegir su propio proyecto.