Marcelo Carrillo tiene 34 años, y llevaba 13 como encargado del sistema de guardias de los empleos de emergencia dependientes del municipio de Lota. Eso, hasta que al otro día del cambio de alcalde, fue redestinado al barrido de playas, y más tarde, despedido, bajo el argumento que laboraba en la locomoción colectiva.
Con tres hijos que mantener, no vio otra opción que iniciar una huelga de hambre, en la parroquia San Matías apóstol de Lota Alto, donde es acompañado por un dirigente de la Coordinadora de sindicatos de programas de empleo de la región del Biobío. Es precisamente esa organización la que llegó a la Intendencia, para exigir el reintegro de Marcelo Carrillo y el reinicio de la mesa de conversación con el gobierno, detenida desde inicios de año.
Amenazan con una huelga general el próximo lunes, si no obtienen una respuesta positiva.