La villa los Arrayanes de Arauco está prácticamente en el suelo. Las casas fueron desmanteladas por sus propios dueños, a partir de una autorización del Serviu para erradicar a la población hacia otro sector. Pero las consecuencias las pagaron 83 familias que se resisten a ser reubicadas. Sus viviendas pareadas quedaron sin su mitad, es decir, convertidas en estructuras inestables. Se filtran con las lluvias y son el blanco de robos y de problemas sanitarios.