El dato entregado por un particular a la PDI permitió hacer algo esperado por los distintos actores relacionados al caso Matute: un intento final por llegar a la verdad en un proceso que está a 11 meses de llegar a los plazos normales de prescripción, aunque ese tema es objeto de un análisis jurídico mayor.
El ministro Jaime Solís, quien posee mayor experiencia en materia criminal que su predecesor en el caso, el magistrado Juan Rubilar, tiene a su disposición tecnología forense que no existía hace 10 años. De esta forma, aún si el dato que investiga la PDI y que permitió reabrir el proceso es otro de los tantos distractivos que posee el voluminoso expediente, la instancia permitirá hacer el último trabajo serio, antes que la muerte de Jorge Matute termine perdiéndose en el olvido.