Salieron a trabajar pero nunca más regresaron, son cientos los pescadores que han desaparecido en el mar. La tradición en la Región del Biobío es sepultar su ropa en los cementerios simbólicos, lugares que sólo existen en esta zona. Como sus cuerpos no aparecieron la única manera de decretar su defunción es a través de la muerte presunta. En el papel, los trámites judiciales debieran tardar como máximo un año. Sin embargo, hay algunos que pese al paso del tiempo legalmente siguen vivos.